Lograr envases cada vez más ligeros, atractivos e inteligentes es uno de los progresos más significativos que está consiguiendo el sector del metal.
Veinte años marcados por la innovación donde se ha conseguido que estos envases cuenten con fáciles sistemas de apertura, un ahorro en materias primas y beneficio medioambiental. Siguiendo el lema del químico francés Antoine Lavoisier -“nada se pierde, todo se transforma”- las empresas asociadas a la Asociación Metalgráfica Española (AME) llevan tiempo incorporando los últimos avances tecnológicos a sus productos para dar con el mejor envase del futuro.
Latas de refrescos, conservas, aerosoles o bidones industriales han registrado mejoras para responder a las necesidades de los consumidores con soluciones innovadoras. Uno de los mayores avances ha sido conseguir envases resistentes pero ligeros al mismo tiempo. Según recogen las últimas investigaciones, los envases de acero y las latas de aluminio son un 33% y un 28% más ligeras de lo que eran hace 20 años (en 1980 la tradicional lata de conservas tenía un espesor de 0,22 mm, frente a los 0,10 mm actuales).
Las latas de bebidas también son hoy mucho más ligeras: en 1973 uno de estos envases pesaba 38 gramos, mientras que hoy en día apenas llega a los 20 gramos. Aún existe margen de actuación en este campo puesto que la propia naturaleza del metal permite nuevas reducciones sin que sus propiedades se vean perjudicadas. También, características como la resistencia mediante formas y pliegues en las paredes de la lata se están reforzando. La industria del metal está cada vez más volcada en la economía circular, que imita el curso de la naturaleza donde no existen desechos y todo se aprovecha.
Hacia envases más inteligentes
Hacer sistemas de apertura más cómodos y sencillos está consiguiendo ampliar el abanico de posibilidades de los envases, desde una lata de conserva, a un desodorante, pasando por un bote de pintura. Estos sistemas inteligentes son capaces de aportar información en tiempo real sobre la calidad o frescura de los productos, así como instrucciones sobre su consumo o manejo. El diseño es otro factor en pleno despliegue, que permite al mercado ofrecer envases a color, con impresiones en relieve y con tintas fluorescentes y hologramas difíciles de reproducir.
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