La obesidad infantil se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad se ha multiplicado en las últimas décadas, alcanzando cifras preocupantes en países de todos los continentes. Esta condición no solo afecta la salud física de los menores, sino que también impacta en su bienestar emocional y social.
Tanto es así que actualmente casi 400 millones de niños están con un peso por encima que les corresponden desde un punto de vista saludable. No solo es llamativa, y grave, esta cifra, sino que ese dato supera a los millones de niños que están desnutridos en todo el mundo.
Un problema de orden mundial: el sobrepeso en los más jóvenes
El índice de obesidad en niños y adolescentes ha superado por primera vez al de bajo peso en todo el mundo, lo que convierte a la obesidad en la forma más predominante de malnutrición con excepción de los países del África subsahariana y de Asia meridional, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Mientras que la prevalencia del bajo peso entre las personas de 5 a 19 años se ha reducido desde el año 2000 del 13 por ciento al 9,2%, el índice de obesidad ha aumentado de un 3% a un 9,4%, llegando a afectar a 188 millones menores de edad, lo que supone uno de cada diez niños de todo el mundo, una cifra que crece hasta los 391 millones en el caso del sobrepeso.
«Cuando hablamos de malnutrición, ya no nos referimos solamente a los niños y niñas con bajo peso (…) La obesidad es un problema cada vez más alarmante que puede tener consecuencias negativas para la salud y al desarrollo de la infancia«, ha asegurado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
En el informe, que ha analizado los datos de más de 190 países, se señala igualmente el consiguiente aumento del riesgo de estos niños de desarrollar en un futuro resistencia a la insulina, hipertensión arterial y otras patologías como la diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
La prevalencia de los ultraprocesados en la dieta de los menores
Esta situación se puede explicar por el hecho de que los alimentos ultraprocesados están desplazando «cada vez más» los hábitos alimentarios tradicionales basados en el consumo de fruta, verdura y proteína, en favor de alimentos de alta densidad energética, baratos e importados. El documento también expone que la alimentación de los niños no es el resultado de una elección personal, sino que se ve afectada por entornos alimentarios no saludables en los que predominan los alimentos ultraprocesados y la comida rápida, unos productos que están «muy presentes» en tiendas y colegios.
Además, se ha subrayado que la publicidad en los medios digitales permite a la industria de alimentos y bebidas acceder «fácilmente» al público joven, incluso en países afectados por conflictos.
Según una encuesta mundial llevada a cabo en 2024 a través de la plataforma U-Report de UNICEF, en la que participaron 64.000 jóvenes de entre 13 y 24 años y de más de 170 países, tres de cada cuatro había visto anuncios de bebidas azucaradas, aperitivos o comida rápida durante la semana anterior, y el 60% señaló que esos anuncios habían incrementado sus ganas de consumir esos productos.
La obesidad, más presente en las islas del Pacífico
Los resultados han mostrado que los países insulares del Pacífico son los que presentan un mayor índice de obesidad infantil del mundo, destacando Niue (38%), Islas Cook (37%) y Nauru (33%). Otros países de ingresos altos siguen presentando niveles elevados de obesidad infantil, llegando al 27% en Chile, o al 21% en Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.
En el caso de los países de ingresos bajos y medios, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad está aumentando entre los menores, si bien la desnutrición aguda, el retraso del crecimiento y otras formas de desnutrición siguen siendo un «grave problema» entre los menores de cinco años.
«En muchos países, observamos el peso de la malnutrición en sus dos vertientes: el retraso del crecimiento y la obesidad. Esta situación exige intervenciones específicas (…) Para favorecer su crecimiento y su desarrollo, todos los niños y niñas deben tener acceso a una alimentación nutritiva y asequible. Se necesitan urgentemente políticas que ayuden a los progenitores y cuidadores a acceder a alimentos nutritivos y saludables para sus hijos«, ha agregado Russell.
En caso de no realizar intervenciones para prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil, UNICEF ha pronosticado que los países se enfrentarán a repercusiones sanitarias y económicas a largo plazo, pudiendo superar los cuatro billones de dólares anuales (unos 3,4 billones de euros) en el año 2035.
España y México, buenos ejemplos en la lucha contra la obesidad infantil
El informe ha puesto el «ejemplo positivo» en la lucha contra la obesidad de algunos países como España, por la entrada en vigor del Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, que garantiza menús equilibrados en aquellos centros educativos con servicio de comedor. Dicha medida establece la presencia diaria de fruta y verdura, incluye pescado varias veces por semana, opciones vegetarianas y acceso gratuito a agua, además de prohibir la venta de alimentos y bebidas con exceso de azúcar, sal o grasas poco saludables en los colegios.
Otro de los países destacados es México, donde la prevalencia de la obesidad en la infancia y la adolescencia es elevada, y donde las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados representan el 40% de las calorías diarias ingeridas por los menores. El Gobierno mexicano ha prohibido la venta y la distribución de ultraprocesados y productos con un alto contenido de sal, azúcar y grasas en las escuelas públicas, lo que mejorará la dieta de más de 34 millones de niños.
Por último, UNICEF ha instado a los gobiernos, a la sociedad civil y a sus aliados a tomar medidas urgentes como políticas integrales y de cumplimiento obligatorio que permitan mejorar los entornos alimentarios de la infancia y que abarquen el etiquetado, restricciones a la comercialización de algunos productos, o impuestos y subvenciones aplicables a los alimentos.
Asimismo, ha considerado necesario el desarrollo de iniciativas que promuevan cambios sociales y de comportamiento en las familias y comunidades, de forma que se promueva la creación de dietas más saludables, al mismo tiempo que se refuerzan los programas de protección social para eliminar la pobreza económica y mejorar el acceso a una alimentación nutritiva. Estas medidas deben ir acompañadas de una prohibición del suministro o la venta de alimentos ultraprocesados, así como de la publicidad y el patrocinio de alimentos nocivos en las escuelas; y de un blindaje para evitar la injerencia de la industria de los ultraprocesados.
La obesidad infantil es un desafío global que requiere acciones urgentes y coordinadas. Si no se actúa, para 2050 se espera que 746 millones de niños y jóvenes (31 %) tengan sobrepeso u obesidad y 360 millones estén específicamente obesos, un aumento del 121 %. ECOticias.com