En total, 80 de los 192 países presentes en Copenhague han presentado a la ONU sus objetivos de reducción de emisiones, siguiendo el compromiso que adquirieron en Copenhague en diciembre de 2009.
Según el cómputo de estos 80 países, los Estados emergentes presentan índices más ambiciosos de recorte de emisiones respecto a los países industrializados. Europa se compromete a reducir sus gases contaminantes en un 20% en 2020 respecto a niveles de 1990 y Estados Unidos, un 17% respecto a niveles de 2005, menos ambicioso que la Unión Europea.
La diferencia entre pobres y ricos resulta lógica, ya que parten de situaciones distintas, aunque no deja de ser simbólica. No obstante, la UNEP, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha aclarado esta semana que la propuesta de reducción de los 80 países que han declarado sus objetivos es insuficiente para evitar que la temperatura global suba los dos grados considerados por los expertos el umbral de no retorno de la temperatura del planeta.
«El acuerdo de Copenhague es un paso significativo en la dirección adecuada, pero que nadie dé por sentado que es suficiente», explicó el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, durante la presentación de un nuevo estudio sobre cambio climático en la isla indonesia de Bali.
Los países firmantes del acuerdo de Copenhague están adoptando medidas voluntarias para reducir las emisiones, como el incremento de la inversión en nuevas tecnologías, la lucha contra la deforestación y la reducción del uso de sustancias tóxicas. Steiner reconoció que predecir emisiones es «complejo» debido al elevado número de hipótesis que hay que incluir en la ecuación climática.
México se acerca a otros paises en desarrollo
El país anfitrión de la próxima cumbre sobre el clima, que tendrá lugar en México en el mes de noviembre, quiere sumar fuerzas junto a otros países en desarrollo. Su objetivo es establecer lazos con el mundo emergente, «con el fin de recuperar la confianza en los países en desarrollo, y nosotros también lo somos», según explicó esta semana el ministro mexicano de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira, durante una reunión de seguimiento de la negociación climática en la isla de Bali.
México, que recogerá el complicado testigo del momento que atraviesan las negociaciones, quiere «tender puentes» a los países africanos, a los asiáticos y también a otros de América Latina.




















