Hace pocos días que recibí una carta muy importante. Era una invitación a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra que se llevará a cabo a finales de abril en la ciudad de Cochabamba, en Bolivia. La invitación me la envió en persona el Presidente de este estado, Evo Morales. Esta reunión tratará temas muy importantes como la deuda climática, la reducción de emisiones, la transferencia de la tecnología o el futuro de los pueblos indígenas. Sus conclusiones serán clave para nuestro futuro, como las que se extrajeron de Copenhague.
El problema es que en Bolivia no veremos las colas de espera de los líderes políticos ansiosos por comparecer para aparecer, salir en la foto. Estoy convencido que los gobernantes asistentes a Cochabamba se podrán contar con los dedos de las manos. Muchos jefes de estado, consultores y gran parte del personal que se mueve alrededor del medio ambiente harán novillos al considerar que lo que se propone en Bolivia es de segunda categoría.
El impacto mediático será menor y la presencia institucional, relativa a este impacto. La otra cara, la de la verdad que nadie cuenta, es más cruel. En Copenhague todos los asistentes cobraban dietas y tenían pagada su estancia mientras que en Bolivia ya se ha anunciado que el presupuesto no da para estos gastos y que quien viaje a la Conferencia Mundial de los Pueblos deberá rascarse, todo sea por el cambio climático, su propio bolsillo.
Ay! Qué bonito es luchar por un mundo mejor cuando la foto es gratis y que gran esfuerzo supone cuando te tocan la cartera. Menos mal que en Bolivia SÍ veremos a los ciudadanos antiglobalización, esa especie humana comprendida en los foros de discusiones reales y maltratadas y apaleadas por las fuerzas de seguridad en las reuniones fotográficas de gran calibre mundial. En una parte del planeta son ángeles y en la otra mitad, demonios. Es lo que tiene el medio ambiente, en boca de todos y en manos de unos pocos.
El encuentro de Bolivia lo recomiendo personalmente porque creo que va a resultar muy interesante. En primer lugar por la asistencia de aquellas personas que realmente están preocupadas por el futuro de nuestro planeta y en segundo lugar por la ausencia de todos aquellos elementos políticos distorsionadores que no acaban decidiendo nada tras días y semanas vividas con un lujo que no se merece nuestra amada tierra.
Lo que más lamento es que son ellos, estos personajes camaleónicos que ahora se harán invisibles, los que en realidad tienen las soluciones al problema. Ya se sabe, unos hablamos y queremos mejorar nuestro entorno y los que lo pueden mejorar aparecen y desaparecen a su libre albedrio, como los fantasmas y los camaleones.
Ángel Juárez Almendros – Presidente de Mèditerrania-CIE