“Tradicionalmente en Sud América las frutas del acai se han incluido en diversos tratamientos para la diarrea, las infecciones parasitarias, las hemorragias y las úlceras. Como alimento en el cinturón tribal del Amazonas, la pulpa de acai se mezcla a menudo con la harina de yuca (o mandioca) y se come como gachas.”
Antes de explicar estos beneficios, vale la pena mencionar que la palmera de acai se origina en la región amazónica de América del Sur. El término «açai» viene de la palabra «ica-Cai» utilizada por los indígenas, se traduce como «fruta que llora» y se le atribuyen varias leyendas.

Acai (Euterpe oleracea)
Similar a un cruce entre la uva y el arándano, la baya de acai es una pequeña drupa, de color púrpura rojizo que consiste en un núcleo de semillas, rodeado de una fuerte piel, con sólo un 15 % o menos de pulpa comestible, que crece en esbeltas palmeras en la cuenca del río Amazonas. Estas bayas son también bastante perecederas, pero tienen inestimables atributos nutricionales cuando se come fresca.
El sabor es a menudo descrito como una reminiscencia de frutas del bosque y chocolate. Se encuentra en los grandes supermercados y tiendas de alimentos en todo el mundo, por lo general en forma de zumo, polvo, aceite o té, simplemente porque traerlas de la Amazonía frescas resulta un proceso complicado.

Las bayas de acai son muy bajas en azúcar, contienen importantes y significativas cantidades de calcio, hierro, fibras y vitamina A, además de antocianina, antioxidantes como el resveratrol y cianuratrón y ácido ferúlico, que no sólo dan a las frutas y verduras su color característico, sino que proveen de flavonoides para defender el cuerpo contra los radicales libres.
De hecho, las bayas de acai contienen de 10 a 30 veces más antocianinas que el vino tinto. Otro de sus puntos fuertes es la cantidad de ácidos grasos beneficiosos, tales como el ácido oleico (el mismo del aceite de oliva) y unos niveles muy saludables de fibra dietética.

Elevan los niveles de energía
Las bayas de acai recibieron la etiqueta de «súper alimento» sobre todo gracias a su capacidad de aumentar los niveles de energía y de mejorar el estado de salud general. Su alto contenido de minerales y vitaminas se suma a las propiedades de estos frutos, por lo que son una gran fuente de energía.

Promueven una visión saludable
Gracias a su alta cantidad de Vitamina A estas bayas son capaces de mejorar y potenciar una buena visión. La gran cantidad de micronutrientes mantiene los ojos sanos y contribuye a una piel más bella también.

Mejoran la agudeza mental
Además de apoyar el funcionamiento del sistema nervioso a través de sus altas cantidades de minerales, las bayas de acai también proporcionan un compuesto llamado Pterostilbene, que se encontró que es capaz de revertir los efectos del envejecimiento sobre el funcionamiento del cerebro, además de mejorar el estado de alerta y reducir la fatiga física y mental.

Reducen la inflamación
Las bayas de acai son ricas en ácidos grasos que permiten a los neurotransmisores, hormonas y receptores de insulina que trabajen más eficientemente. Esto reduce el riesgo de que se produzcan inflamaciones.

Luchan contra el cáncer
Otro beneficio sorprendente dado por la alta cantidad de antioxidantes de las bayas de acai (10 veces más que las uvas y el doble que los arándanos) se refiere a la capacidad de estos pequeños frutos para luchar contra ciertas formas de cáncer.

Apoyan la pérdida de peso
Al proporcionar fibras digestivas y mejorar la absorción de los nutrientes, las bayas de acai contribuyen a una digestión saludable y esto significa una conversión más eficiente de los carbohidratos y grasas en energía.
A medida que el cuerpo comienza a utilizar los lípidos almacenados de una manera más efectiva, las capas de grasa debajo de la piel reducen su espesor y esto contribuye a disminuir el peso corporal. Por otra parte, las antocianinas contenidas en las bayas del acai parecen prevenir la acumulación de grasas.

Retrasan el envejecimiento
A través de sus minerales y aminoácidos, las bayas del acai mantienen activos los músculos y ayudan a su regeneración tras un esfuerzo físico, además previenen la aparición de la debilidad muscular típica de los ancianos.
Otra de sus virtudes es que son ricas en ácidos grasos que penetran en las membranas celulares mejorando su elasticidad, ayudando a mantenerlas sanas y que se regeneren con facilidad, por lo que contribuyen a retrasar la aparición de los signos típicos del envejecimiento.

Regulan el azúcar y los niveles de colesterol
La presencia de ácidos grasos (omega-6 y omega-9), así como las grandes cantidades de proteínas y fibras de las bayas de acai son capaces de reducir los niveles de colesterol LDL y de regular los valores de azúcar en sangre, lo que contribuye a reducir el riesgo de diabetes y enfermedades del corazón.

Desintoxican el cuerpo
Las bayas de acai ayudan al cuerpo a absorber más nutrientes, por lo que contribuyen a la eliminación de toxinas de los tejidos y del flujo sanguíneo y las fibras promueven una digestión más eficaz. Además, al estar cargadas con vitaminas y minerales, tales como la vitamina A, C, B1, B2, B3 y E, mejoran el estado general de salud y revitalizan el cuerpo.

Fortalecen la inmunidad
Los antioxidantes de los que las bayas de acai contienen ingentes cantidades se conocen como unos eficaces potenciadores del sistema inmunitario, ayudando al cuerpo a combatir los virus, las bacterias y otros agentes patógenos dañinos.





















