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lunes, octubre 2, 2023

El Fruto del Baobab

Efectivamente. Todo empezó hace 12 años atrás… Padezco un trastorno de salud… Soy celíaca desde el nacimiento, y siempre he tenido un sistema inmunitario débil. Además, tengo algunas malformaciones en el aparato digestivo y, para que no me falte nada, una enfermedad autoinmune que se llama “Fiebre Mediterránea Familiar”.

La marca “El fruto del Baobab”, creada hace 12 años por Freya Lo Giudice, envasa, elabora y comercializa la pulpa del baobab y diversos productos ligados a este árbol sagrado. Pero Freya también regenta una heladería muy peculiar en el madrileño barrio de Lavapiés. Nos tomamos un té con ella en BioCultura Madrid y de esa conversación ha salido este artículo.

-Háblanos de cómo empezó todo… ¿Tuvo que ver con una crisis de salud?

-Efectivamente. Todo empezó hace 12 años atrás… Padezco un trastorno de salud… Soy celíaca desde el nacimiento, y siempre he tenido un sistema inmunitario débil. Además, tengo algunas malformaciones en el aparato digestivo y, para que no me falte nada, una enfermedad autoinmune que se llama “Fiebre Mediterránea Familiar”. Sólo la padecen algunos grupos sociales concretos y en determinadas zonas del Mediterráneo. Tenía muchas dolencias, fiebres, inflamaciones y dolores articulares. Lo pasaba mal, sobre todo de pequeña faltaba mucho al colegio por las repetidas fiebres…. Cansada ya de la medicina convencional, empecé a probar las medicinas complementarias. Un día mi madre escuchó en la televisión italiana hablar a un agrónomo italiano que había estudiado las propiedades del baobab, sobre todo la pulpa de sus frutos. Me puse en contacto con él y decidí  llevar a la práctica sus estudios. Tomé la pulpa de baobab por un periodo prolongado (y la sigo tomando). Al cabo de unos meses tuve grandes beneficios, me fue genial. Entonces, pensé en dar a conocer todo esto para que otras personas se pudieran también beneficiar.

BAOBAB “BIO”

-Y todo en ecológico, claro…

-Sí. Bueno, al principio no era posible. No teníamos certificación, era una recolección silvestre y aún no se encontraban entidades certificadoras que operaran en diversos países de África. Pero, al cabo de dos años de empezar, mi distribuidor senegalés logró conseguir los certificados, y ahora ya hay varias empresas que certifican en “bio” y enseñan el valor de este certificado a las poblaciones locales. No concibo hacerlo de otra manera. También tengo certificado propio por envasar en España… Algunos grandes ecochefs me lo han comprado, incluso Ferran Adrià. Por otro lado, tengo una heladería que elabora con materia prima principalmente ecológica en Lavapiés donde también vendemos los productos del baobab. Tenemos siempre el helado al baobab, y empleamos la pulpa de este fruto en todos los sorbetes de fruta. Son deliciosos. La heladería se llama Sani Sapori (Sabores Sanos en castellano) y todos los helados los hacemos nosotros en nuestro propio obrador ubicado en la misma tienda. Lavapiés es un barrio muy especial, muy intercultural. Para mí, el helado es un símbolo del mestizaje. Ha llegado hasta nuestros días como herencia de mil culturas. La mayoría de los ingredientes son ecológicos (leche, azúcar de caña, cacao, café, fruta…). Nuestro objetivo es llegar a tener todos nuestros productos “bio” para elaborar helados en breve. No puede ser de otra manera. Hay que apostar por el futuro y por todo aquello que realmente es natural, natural de verdad.

-Háblanos de los diferentes productos que comercializas…

-Trabajamos a partir de la pulpa del fruto del baobab. Se deshidrata solo en el mismo árbol. De esta forma se mantienen todas las propiedades nutricionales y medicinales. La pulpa, aparte de tener mucha fibra, tiene mucha Vitamina C, antioxidantes, calcio, Vitamina B, potasio, hierro… Es un excelente regulador intestinal, protege el sistema inmunitario, no interfiere con medicamentos, etc. También producimos productos cosméticos ecocertificados a partir del árbol sagrado.

-¿Y cómo se puede consumir?

-Disuelto en agua, yogur, en leche vegetal, en recetas de todo tipo… Cada uno lo hace a su manera. Esta harina tiene un ligero sabor cítrico. Yo la meto también en algunos helados. Es un alimento prebiótico excelente…

EL ACEITE

-¿Y también está el aceite?

-Sí. Lo extraemos de las semillas. Es rico en Omega 3 y Omega 6 y aceites grasos esenciales. Permite la regeneración cutánea muy rápida. Se usa en dermatitis, eczemas, psoriasis, quemaduras, tratamientos oncológicos… Vendo ese aceite crudo. Tiene la certificación BioVidaSana/bio.inspecta. El aceite me sirve también para elaborar otros productos cosméticos más convencionales: cremas (de día y de noche), jabones, leches corporales, etc. Todos estos productos son veganos. Pronto esperamos también certificarlos como “halal”, para abrirnos a nuevos mercados.

-¿Cómo ves el sector de la alimentación ecológica?

-Lo veo muy bien. Hay gente que está empezando a darse cuenta de que el alimento puede ser también medicina. Las personas están empezando a corroborar los lazos de unión que existen entre sus enfermedades y sus hábitos alimentarios. Y esto hace que el sector “bio” vaya a más, claro. Y me alegro mucho.

BIOCULTURA

-¿Qué es BioCultura para ti?

-Es mucho. Asisto a BioCultura Madrid desde hace mucho (11 años). Y no sólo como como expositora. Piensa que muchos de los proveedores que tengo en la tienda de helados son empresas que he conocido en BioCultura. Es casi como una gran familia. Para mí BioCultura ha sido importante en mi vida. Lo bonito es que entre nosotros, los expositores, nos conocemos, hacemos intercambios, nos pasamos nuestros productos… Siempre es muy positivo. Siempre es una feria en la que se conoce a gente interesante.

-Todavía hay gente que se queja de los precios de los productos ecológicos… Háblanos de tu visión…

-Muchos piensan que la materia prima es más cara en el caso de los alimentos ecológicos y que, por tanto, los precios son mayores. En restaurantes, tiendas, etc. Pero esto no es verdad. Lo que se lleva más dinero en cualquier negocio son los impuestos y los sueldos. Yo vendo helados elaborados con productos ecológicos y los vendo más baratos que los convencionales de grandes marcas que expenden productos de baja calidad. Nosotros creamos riqueza al margen de la usura de los bancos. Esto que nosotros hacemos es una eco-nomía real, verdadera, genuina.

-Ahora, la gran distribución está entrando en el “nicho de mercado del sector ‘bio’”. ¿Cuál es tu opinión?

-Bueno, es un proceso imparable. Pero tenemos que intentar defender y favorecer a las pequeñas y medianas empresas porque es donde está la eco-nomía real que beneficia a la sociedad y que es donde pervive un legado espiritual. No hay eco-nomía sin espiritualidad profunda. La economía tiene que estar sacralizada para que pueda beneficiarnos a todos. Estuvimos hablando de muchas más cosas, pues Freya es una mujer comprometida con el medio ambiente y con la espiritualidad más irredenta. Pero de eso ya hablaremos en otro texto, ya que, a veces, lo bueno, si breve, dos veces bueno…

Pedro Burruezo

FORMA OVALADA MUCHAS VIRTUDES

El fruto del Baobab mide desde unos 10 hasta 45 cm. Tiene una forma ovalada o bien cilíndrica, irregular. La pulpa del fruto, una vez madura, se encuentra ya deshidratada y tiene aspecto de polvo, color blanquecino con un sabor ligeramente cítrico. Está compuesta por pequeñas aglomeraciones harinosas que contienen en el interior una semilla (como la granada, pero “disecada”).

En 100 gr. de pulpa ecológica de baobab encontramos el 75.6% de hidratos de carbonos (fuente de energía), 2.3% de proteínas y solo uno 0.27% de grasas. El fruto es conocido por su elevada concentración de vitamina C: 100 gr. de pulpa ofrecen hasta 350mg de vitamina C, una elevada cantidad en fibra (44%), soluble (alto poder prebiótico) e insoluble, fibra que influye en nuestra capacidad de digerir los alimentos y fortalecer nuestro intestino y ayudar el tránsito intestinal. Contiene además cantidades importantes de otras vitaminas esenciales como la tiamina (vitamina B1), la riboflavina (vitamina B2), niacina (vitamina B3), fundamental para las funciones metabólicas, y una importante cantidad de vitamina B6.

El fruto es rico además en minerales y ácidos grasos esenciales: en 100 gr. de pulpa encontramos 293 mg de calcio (3 veces más que la leche), potasio hasta 3000mg, fósforo, hierro (bio-disponible por la presencia de vitamina C) y ácido alfa linoleico (27 mg por gramo de producto seco).

Por sus características nutricionales la pulpa del fruto disuelta en agua u otro líquido puede ser utilizada para preparar bebidas refrescantes y nutrientes, así como se puede añadir al yogur. Es soluble de forma natural, ya que la harina se obtiene simplemente a través de un proceso manual y mecánico. La pulpa de baobab pueden tomarlas personas intolerantes al gluten, soja, lactosa, frutos secos, ya que resulta negativa a los  alergénicos más comunes. Además no tiene cafeína u otro excitante.

EL ACEITE MÚLTIPLES FACETAS

Este aceite es utilizado hace siglos en los pueblos africanos. El cataplasma que ellos obtienen exprimiendo la semilla tiene aplicación sobre quemaduras, abrasiones o hematomas, en casos de descamación de la piel  y mejora la cicatrización de la piel. Su utilización como cosmético es una valiosa ayuda para devolver a la epidermis de la cara y cuerpo su elasticidad y esplendor. Es ampliamente utilizado para evitar estrías en el embarazo.

UNA CURIOSIDAD TUBA, CIUDAD EXCEPCIONAL

En la ciudad de Tuba (o Touba), Senegal, el árbol del baobab tiene una especial relevancia. Esta ciudad es excepcional en muchos aspectos. Fundada en 1887 por un sheikh sufí, Ahmadu Bamba Mbacké (1853-1927), durante un estado místico (hâl, en árabe), ha sido construida y continúa administrada por la orden sufí, la tarîqa murid o Muridiya. Directamente en el eje de la qibla de la gran mezquita se encuentra el cementerio de Tuba. Contiene un gran número de tumbas y mausoleos, pues cualquier murid, viva donde viva, desea ser enterrado allí, en la proximidad de Sheikh Ahmadu Bamba, y así ser resucitado junto a él al final de los días. El primero en ser enterrado allí, bajo un árbol de baobab, fue Soxna Aminata Lo, primera esposa de Ahmadu Bamba. En efecto, hasta que el árbol murió en 2003, el cementerio albergaba una representación material del árbol paradisíaco llamado Guy Texe, el «Baobab bendito» o «Árbol de la beatitud». En la concepción popular, los discípulos murids desean ser enterrados debajo de este árbol terrenal para acceder a la felicidad eterna a la sombra de Tuba en el paraíso. Algunas personas incluso llegan a tallar sus nombres en la corteza del tronco para «registrarse» a sí mismos en el paraíso. Aunque el Guy Texe ya no está, existen otros baobabs igualmente inscritos, llamados Guy Mbind en wolof, y que siguen floreciendo en otros santuarios murids.

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EL FRUTO DEL BAOBAB
[email protected]
Tel: 911 100 395
Oficina: C/Ave María, 18 – 3 ext B
Tienda: Sani Sapori – C/Lavapiés, 31 – 28012 Madrid
Facebook: Elfrutodelbaobab

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