En los últimos años, se observa un cambio profundo de las principales causas de mortalidad y morbilidad en los países desarrollados debido al rápido aumento de las enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes de tipo 2, determinados tipos de cáncer y otras que incrementan su prevalencia día a día. Una pauta similar, aunque más lenta, también afecta a los países en vías de desarrollo. Cifras recogidas en el año 2001, constatan que éstas fueron la causa de casi el 60 % de los 56 millones de defunciones anuales y del 47 % de la carga mundial de morbilidad.
Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con otros organismos internacionales, iniciaron en el año 2004 una Estrategia Mundial Sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, para intervenir definitivamente sobre los factores de riesgo responsables de este problema de salud pública, como son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, escasa ingesta de frutas y hortalizas, exceso de peso u obesidad, falta de actividad física y consumo de tabaco.
La meta de la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud es reducir la morbilidad y mortalidad asociadas a una alimentación poco sana y a la falta de actividad física, como conductas básicas relacionadas con los principales factores de riesgo descritos.
Es con este objetivo de proteger y promover la salud pública que gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresa pública y empresa privada han de reunir esfuerzos para llevar a cabo las medidas preventivas necesarias para paliar tal situación.
A continuación se expone el texto fundacional de la OMS que resume los objetivos, líneas de acción, recomendaciones y actuaciones expresadas por la Asamblea Mundial de la Salud para resolver la problemática.
Se trata del marco indiscutible que define y engloba la política de prevención actual a nivel individual, comunitario, nacional y mundial en alimentación saludable y actividad física.