Un reciente estudio internacional advierte que el cambio climático está provocando una disminución sostenida de las precipitaciones en la región del Mediterráneo, una de las zonas más vulnerables del planeta frente al calentamiento global.
Según los investigadores, si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el área podría experimentar sequías más frecuentes, prolongadas e intensas en las próximas décadas.
El trabajo analiza datos de las últimas cuatro décadas y proyecciones hasta finales de siglo. Los resultados indican que el Mediterráneo perderá entre 10 y 20 % de sus lluvias anuales, especialmente en los meses de primavera y otoño, considerados claves para la agricultura y la recarga de acuíferos.
Las precipitaciones en el Mediterráneo: ya no llueve como antes
Una investigación de carácter internacional, en la que se han utilizado modelos climáticos de última generación, anticipa menos precipitaciones en el futuro en la región mediterránea, por lo que la gestión del agua debe prepararse para escenarios de estrés hídrico.
Esta es una de las conclusiones de una investigación realizada por un equipo internacional de 70 científicos, liderados por Sergio Vicente Serrano, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), y entre los que figura el profesor e investigador de la Universidad de La Rioja (UR) Jorge Lorenzo Lacruz.
Según los investigadores, si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el área podría experimentar sequías más frecuentes, prolongadas e intensas en las próximas décadas.
Este estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista científica Nature, ha analizado 10,2 millones de registros mensuales calculados a partir de más de 300 millones de observaciones diurnas de precipitaciones, recogidas por pluviómetros en 23.609 estaciones meteorológicas de 27 países entre 1871 y 2020, ha señalado este martes la UR en una nota.
Lorenzo ha explicado que no hay una tendencia definida de precipitaciones en el Mediterráneo. «No llueve más ni llueve menos, pero sí se ha observado una gran diferencia de precipitaciones de unas décadas a otras y un aumento de las temperaturas y de los fenómenos extremos», ha añadido.
Ello indica, ha dicho, que, aunque no llueva menos, hay menos agua disponible debido al calentamiento, que hace que aumenten las tasas de evaporación y evapotranspiración.
Esta investigación subraya que las precipitaciones en la región mediterránea se han mantenido, en gran medida, estacionarias en los últimos 150 años, sin tendencia significativa hacia el descenso de la precipitación, aunque con gran variabilidad temporal y espacial.
Los resultados, según Lorenzo, confirman lo que apuntaban los modelos climáticos, que no advertían tendencia alguna en el pasado; frente a las observaciones de estudios parciales, por décadas, que indicaban que estaba lloviendo menos.
La investigación sostiene que «la variabilidad de la circulación atmosférica, de alta complejidad en el Mediterráneo, es el principal factor explicativo que rige las tendencias de precipitación en toda la región mediterránea», ha relatado.
La influencia del cambio climático
También señala un aumento en la frecuencia e importancia de los fenómenos extremos, ya que, según Lorenzo, aunque el régimen de lluvias torrencial es típico del clima mediterráneo, estos datos evidencian la influencia del cambio climático.
«Hace más calor y, en consecuencia, el agua se evapora más porque hay una mayor demanda atmosférica, implicando condiciones de mayor aridez», ha subrayado este investigador, para quien «el calentamiento global altera los patrones de circulación atmosférica».
Ha afirmado que «todo el sistema climático terrestre se está reconfigurando, desde la corriente en chorro responsable del descolgamiento más frecuente de danas hasta la corriente del Golfo», encargada de «suavizar» el clima en la fachada atlántica de Europa.
La investigación apunta que es esperable que las condiciones de alta demanda de evaporación atmosférica se intensifiquen en el futuro, según las proyecciones climáticas, aumentando la aridez. Como resultado, la región mediterránea podría experimentar sequías hidrológicas y agrícolas más severas.
«Todo el sistema climático terrestre se está reconfigurando, desde la corriente en chorro responsable del descolgamiento más frecuente de danas hasta la corriente del Golfo»
Así, ha dicho, para las próximas décadas, los modelos climáticos de última generación sí proyectan un marcado descenso de precipitaciones en esta región, especialmente acusado a partir de 2050, por lo que se considera urgente la necesidad de abordar los complejos desafíos que plantean las cambiantes condiciones climáticas en la región mediterránea. Seguir leyendo en EFE /ECOticias.com
















