El calentamiento global es causado por la absorción de la energía solar por parte de la tierra y el consiguiente aumento de temperatura de la corteza. La tierra al calentarse desprende calor a la atmósfera en forma de rayos infrarrojos, que por efecto de los gases de efecto invernadero vuelve a ser remitido a la superficie terrestre.
Si bien hay un efecto invernadero que es natural y necesario para la Tierra, ¿por qué se habla de cambio climático como consecuencia de este efecto invernadero? Esto se explica cuando se toma conciencia de que ha habido un aumento gradual y desorbitado de las temperaturas en la atmósfera y los océanos por causa del recalentamiento de la corteza ante el exceso de emisión de GEI.
Temperaturas y condiciones de trabajo deterioradas
El continuo aumento de las temperaturas a nivel global confirmado por el servicio europeo Copernicus tendrá un impacto directo sobre las condiciones laborales y sobre la salud de las personas trabajadoras si no se toman medidas concretas de adaptación en las empresas.
“De no aplicarse medidas de mitigación y adaptación de gran calado, acompañadas de un fortalecimiento y desarrollo de las medidas preventivas, el deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora es inminente”, ha asegurado Sergio Salas, investigador del Instituto Sindical de Trabajo, Salud y Ambiente (ISTAS) de la Fundación 1º de Mayo y coordinador del proyecto CALORADAPT de la Fundación.
El servicio europeo Copernicus ha anunciado hoy que el planeta aumentó su temperatura por encima de los 1,5 grados por primera vez en 2024, siendo este el año más caluroso jamás registrado. Además, en el promedio de los años 2023-2024 también se superaron los 1,5ºC de calentamiento en comparación a la era preindustrial.
Salas recuerda que la Organización Mundial de la Salud ya aseguró recientemente que “la crisis climática es una crisis de salud” y que las “empresas deben mejorar las prácticas que aplican, o dejan de aplicar, con relación a la exposición y la prevención de los riesgos laborales de carácter medioambiental relacionados con el cambio climático”.
Así, Salas asegura que “la mayor parte de las empresas en España no cuenta con planes de prevención de riesgos laborales adaptados a los episodios de altas temperaturas” y urge a que se empiecen a tomar medidas ahora, aunque los termómetros no marquen temperaturas altas. “Los efectos del calor sobre las personas trabajadoras deben planearse durante los meses de frío, para poder estar preparados cuando lleguen los eventos de calor”, insiste.
Según la literatura científica, las exposiciones a altas temperaturas pueden provocar no solo golpes de calor mortales y otras enfermedades por calor, sino agravar también patologías a medio y largo plazo como enfermedades vasculares, respiratorias, neurológicas o renales, entre otras, tal y como recogía el estudio ‘Los episodios de altas temperaturas como riesgo laboral.
Su impacto en la salud, la seguridad y el bienestar de la población trabajadora y en las desigualdades sociales’, publicado en 2022 por el Instituto Sindical de Salud, Trabajo y Ambiente (ISTAS-F1M) de la Fundación 1º de mayo. Esos impactos se distribuyen de manera desigual entre la clase trabajadora, de manera que las ocupaciones más precarizadas soportan una mayor carga de enfermedades relacionadas con el calor que las menos precarizadas.
El proyecto CALORADAPT tiene como objetivo la promoción y mejora de la adaptación de las actividades productivas y de servicios frente a olas de calor y las altas temperaturas a través de la participación de las personas trabajadoras, con el fin de proteger la salud, la seguridad y la productividad laboral. Cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030.
Además, el estudio ADAPTHEAT, publicado por la Fundación 1º de Mayo en 2024, apuntaba a que los planes de acción sobre calor y salud en España no abordan la dimensión laboral del fenómeno del calor de manera generalizada dejando la protección contra el calor en muchas empresas a merced de la improvisación. Además, en España, la problemática sobre el impacto del calor está ausente en la negociación colectiva y menos de un 1% de los convenios hacen alguna referencia a las altas temperaturas consecuencia del calentamiento global, aseguraba el informe.


















