La estrategia brasileña para esta recta final es aprobar primero un texto más político que sirva de guía, para luego votar el resto de las medidas el viernes, día que se supone finaliza la COP30.
De allí viene el mutirão, un término indígena que sirve para explicar cuando un grupo de personas se reúne para hacer algo por el bien de la comunidad o la sociedad.
Inspirados en ello, la presidencia brasileña convocó a los países alrededor de la Decisión Mutirão: unir a la humanidad en una movilización global contra el cambio climático.
COP30 publica su primer borrador: luces, sombras y riesgo de retroceso
La presidencia de la cumbre ha publicado el primer borrador de la llamada “Decisión de Mutirao”, un texto que incorpora avances relevantes, pero que aún presenta importantes carencias en materia de mitigación, financiación climática y ambición de los planes de acción climática de cada país.
Estos daros surgen de los que se detallan en sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (NDC). Alianza-ActionAid alerta de que muchos de los elementos positivos continúan siendo frágiles y podrían desaparecer en la negociación final.
La ambición climática vuelve a quedarse corta en la COP30
El borrador introduce referencias a una hoja de ruta para mantener vivo el objetivo de 1,5 °C y acelerar su implementación. Sin embargo, el lenguaje todavía no refleja la urgencia necesaria ni garantiza compromisos vinculantes.
Alianza-ActionAid señala que tampoco se ha alcanzado un acuerdo claro sobre cómo elevar la ambición, implementación y cumplimiento de las NDC, que este año deben presentarse para 2035. Los compromisos actuales están muy por debajo de lo necesario para evitar superar 1,5 °C. La falta de ambición por parte de la mayoría de los países del norte global continúa siendo uno de los principales frenos.
En este sentido la organización señala que “durante décadas, la falta de acción del Norte Global ha retrasado la transformación necesaria, dejando a todo el planeta —incluidos los países menos responsables de la crisis— ante la necesidad urgente de reducir emisiones, adaptarse a los impactos presentes y futuros, y responder a daños ya inevitables.
Resulta injusto e inviable exigir a la mayoría de los países en desarrollo que hagan frente a esta triple tarea sin una financiación internacional adecuada” ha declarado Brandon Wu, experto en incidencia de ActionAid, que está siguiendo la cumbre desde Belém.
El documento también avanza en Transición Justa, el tema clave, con menciones explícitas a los grupos más vulnerables. Sin embargo, la propuesta de creación de un Mecanismo de Transición Justa sigue sin estar garantizada.
Para Alianza-ActionAid es esencial “garantizar que salga adelante la propuesta del Mecanismo de Transición Justa”; ya que, por ejemplo, la Unión Europea se resiste a su creación, lo que podría convertir este capítulo del texto en una mera declaración de intenciones, advierten desde la organización.
La financiación climática: el gran bloqueo que frena la COP30
En cuanto a financiación climática, sigue siendo el punto más crítico y uno de los principales responsables del estancamiento en el régimen climático global.
En la COP29 se acordó un compromiso de 300.000 millones de dólares anuales, cifra claramente insuficiente frente a las necesidades reales y la opinión experta, estimadas en al menos 1,3 billones de dólares anuales.
“A pesar de ello, los países ricos continúan sin asumir compromisos de financiación pública basada en subvenciones, elemento imprescindible para que los países más vulnerables puedan afrontar la mitigación, la adaptación y las pérdidas y daños asociados a la crisis climática” reitera Isabel Iparraguirre, experta en crisis climática de Alianza-ActionAid en España.
Tal como señala, “es positivo ver opciones de texto que evitan dejar vía libre a los países ricos y altamente contaminantes para eludir su responsabilidad de proporcionar financiación a los países en desarrollo. Si la COP30 quiere tener una oportunidad de reducir las emisiones globales y garantizar apoyo a las comunidades en primera línea, su resultado debe exigir con claridad que los países ricos aporten su parte justa”.
La responsabilidad histórica del Norte Global entra en el texto
En este sentido, Alianza-ActionAid destaca positivamente que el borrador del texto reitere la responsabilidad histórica de los países desarrollados a la hora de proporcionar financiación para mitigación, adaptación y pérdidas y daños y que también subraye el grave déficit de contribuciones a fondos multilaterales como el Fondo Verde para el Clima y el Fondo para Respuestas a Pérdidas y Daños.
Así, la hoja de ruta “Baku a Belem” debe sentar las bases para hacer un esfuerzo colectivo para aumentar el objetivo de financiación y movilizar los 1,3 billones anuales necesarios hasta 2035 e incluir fuentes innovadoras de recursos, como impuestos a la riqueza o gravámenes a las empresas más contaminantes.
Asimismo, es esencial que la financiación climática llegue a las comunidades locales, con un enfoque de género y de derechos humanos, y que se excluyan los préstamos que aumentan la deuda de los países del Sur Global.
El texto también recoge la necesidad de alinear todos los flujos financieros con los objetivos del Acuerdo de París, lo que implica eliminar subsidios a los combustibles fósiles, retirar inversiones en estos sectores y aplicar impuestos a grandes contaminadores, siempre en el marco de una transición justa.
Las ONG piden a la presidencia de la COP30, cuyo liderazgo recae en André Corrêa do Lago, que tome decisiones firmes en temas como la promoción de la cooperación internacional, la respuesta a las preocupaciones relacionadas con el cambio climático y las medidas unilaterales restrictivas del comercio.
También quieren una respuesta al informe de síntesis sobre las NDC y al abordaje de la ambición de 1,5°C, pactado en el Acuerdo de París de la COP21 en 2015, así como a la brecha de implementación y a la hoja de ruta de los combustibles fósiles, entre otros. Seguir leyendo en ECOticias.com















