En España el cambio climático provocó más de 30 récords de calor y ninguno de frío en 2024: el año 2024 fue el tercer año más cálido de la serie histórica en España y conformó, junto con 2022 y 2023, el trienio «con diferencia» más cálido de siempre, según el informe presentado este jueves por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre el estado del clima en España en ese ejercicio.
La variación respecto a los dos años precedentes estuvo en el verano, en 2024 muy caluroso pero acotado en el tiempo a julio y agosto.
Durante el año pasado hubo en España más de 30 récords de días cálidos y ningún récord de días fríos. Se registraron tres olas de calor y fue el vigésimo sexto año más lluvioso de la serie histórica.
Según la Aemet, los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático batieron récords en el observatorio de Izaña, en Tenerife: el dióxido de carbono alcanzó 424,3 ppm (partes por millón) de promedio anual, un incremento de 3,4 ppm respecto al año anterior.
30 récords de días cálidos y ningún récord de días fríos
El año 2024 fue el tercero seguido «extremadamente cálido«, según el balance anual de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y se situó como el tercero de mayores temperaturas en la serie histórica. Conformó, junto con 2022 y 2023, el trienio «con diferencia» más cálido de siempre, según el informe presentado este jueves por el organismo público, y del que se avanzaron los resultados preliminares en enero.
Los valores del pasado ejercicio confirman, además, que «desde 2004 todos los años han sido más cálidos de lo que es normal», explican. Varios datos aportados por el informe apuntalan la tendencia de que «vivimos en un país más cálido«, señalan.
Por ejemplo: el año pasado se registraron tres olas de calor y ninguna de frío, mientras que se dieron como 31 récords de días cálido y ninguno de días fríos. «Se confirma una tendencia: en la última década, por cada 30 días de récords de calor, tenemos un récord de frío», advierte este físico.
Olas de calor
A ello se añade que en las últimas décadas se ha demostrado que las olas de calor «han aumentado, son más extensas, más duraderas y más intensas». Afectan a tres provincias más de media por década, son tres días más largas y provocan una temperatura de 2,6 ºC mayor que en las olas de calor anteriores.
La «peculiaridad» del año anterior es que las tres olas de calor se concentraron entre 18 de julio y el 13 de agosto. Esto es trascendente «porque la mortalidad atribuible a los episodios de olas de calor se dispara con su persistencia en el tiempo«, según ha asegurado el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, en la rueda de prensa de presentación del informe.
Preocupa especialmente el aumento de temperaturas en las noches. Del Campo ha citado la noche del 30 de julio, en la que no se bajó de los 28 grados en Zaragoza. «Hemos pasado de las noches tropicales (20 grados) a las noches tórridas (25) y ya se busca nombre para las que no bajen de 30″, ha comentado.
Aumentan las temperaturas
El pasado año fue ligeramente más fresco que los de 2022 y 2023. «El verano quedó acotado entre julio y agosto, a diferencia de los años anteriores. Junio y septiembre fueron más frescos», según Del Campo.
Han influido en estos últimos tres años el efecto de El Niño, en 2022 y 2023, y La Niña, en 2024, fenómenos naturales periódicos que hacen subir (en el primer caso) y bajar (en el segundo) las temperaturas globales.
Sin embargo, aunque estas varíen naturalmente, hay otro factor mucho más determinante: el cambio climático, que hace que los registros aparezcan «dopados», afirma Barniol. «De la misma manera que un atleta se entrena y mejora sus marcas, si se dopa esos datos se salen de madre», ejemplifica.
Es lo que ha ocurrido en los últimos tres años: el cambio climático ha potenciado el aumento de temperatura natural con El Niño y el salto ha sido «abrumador» respecto a años anteriores, indican.
Subió la temperatura del mar
También se ha dado un importante aumento de la temperatura marina, la segunda más alta desde que hay registros, por detrás solo de 2023. La media anual alcanzó por segundo año consecutivo los 20 grados, con récords en el mar balear entre noviembre y diciembre y en Canarias entre enero y febrero. No solo fue, por tanto, el Mediterráneo: también se calentaron el Cantábrico y el Atlántico.
«El mar tiene una mayor inercia que las temperaturas superficiales, por lo que es bastante representativo y además también tiene previsiblemente una mayor incidencia en otros factores«, señalan.
Hace referencia a tormentas extremas como la dana de Valencia del pasado 29 de octubre, que dejó 227 víctimas y un desaparecido. Un mar más cálido aporta mayor cantidad de agua, que es más asimilable por una atmósfera recalentada, «pudiendo dar lugar a nubes con mayor cantidad de agua y, por tanto, a precipitaciones más intensas».
De hecho, se ha demostrado que en los días de la dana «la columna de aire que estaba sobre la Comunidad Valenciana tenía una mayor cantidad de vapor de agua, lo que probablemente favoreció a la intensidad y a la cantidad de la precipitación».
Batiendo récords históricos en precipitaciones por la DANA
En cuanto a las precipitaciones, destaca precisamente la intensa tormenta caída en Valencia el pasado octubre. La estación meteorológica de Turís, en esta provincia, acumuló 772 litros por metro cuadrado (l/m2) en 24 horas, uno de los más elevados de los que se tiene constancia a nivel nacional.
Además, se acumularon 185 l/m2 en una hora, 621 l/m2 en seis y 720 l/m2 en doce horas, las mayores intensidades medidas en España en esos períodos. De hecho, los registros de 6 y 12 horas duplicaron los récords anteriores.
Fue un año más húmedo que la media, lo que permitió «cambiar el patrón» respecto a los dos años de sequía anteriores, según Del Campo, pero estas precipitaciones tuvieron una gran variabilidad. Tras dos años bastante secos, «en 2024 empezó a cambiar el patrón».
«Persistió la sequía meteorológica de larga duración, pero fue perdiendo intensidad. Se salió de la sequía de 12 meses y con las lluvias de esta primavera probablemente estemos saliendo de la de larga duración», ha expuesto el portavoz de la Aemet.