Pedro Sánchez presentó ayer el Pacto de Estado de Emergencia Climática, un acuerdo político, social y económico que busca situar la lucha contra el cambio climático en el centro de las prioridades nacionales. Su finalidad es reconocer la urgencia de la crisis climática y establecer un marco común de actuación que trascienda los ciclos electorales y las diferencias ideológicas.
Precisamente, en dicha presentación estuvieron presentes varias organizaciones ecologistas que valoraron con buenos ojos este acuerdo, aunque con algún que otro matiz. A su juicio, este pacto no debe quedarse solo en algo para la galería y debe fundamentarse en tres aspectos calve: la adaptación al cambio climático, la mitigación del mismo y la financiación para luchar contra esta emergencia nacional y mundial.
La opinión que el Pacto de Estado de Emergencia Climática le merece a los ecologistas
Ayer lunes tuvo lugar el acto Por un pacto de Estado frente a la emergencia climática, presidido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al que fueron invitadas organizaciones ecologistas, sociales, científicas, patronales y sindicales.
Entre los 10 compromisos presentados en el evento, estos ecologistas destacan como líneas de trabajo novedosas e imprescindibles: la creación de recursos económicos permanentes para reconstruir y prevenir; el compromiso, la coordinación y decisión compartida de todas las administraciones; la implicación de la totalidad del sector primario; el impulso a la Transición Ecológica, y el aumento de la ambición de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, echan en falta como líneas a trabajar en el pacto de Estado: un mayor énfasis en la mitigación, la falta de consideración del papel imprescindible que tienen los océanos y la biodiversidad en general, y la necesidad de mayores impuestos a la industria fósil para que paguen por la crisis climática que están causando. Por eso, urgen a que este no sea solo un gesto político, sino un acuerdo fundamentado en la evidencia científica y la responsabilidad con las generaciones futuras, y resalta la importancia de la mitigación, la adaptación y, crucialmente, la financiación para enfrentar una crisis que ya está cobrando vidas y devastando nuestro entorno.
La sociedad civil como protagonista del acuerdo
Más allá de los compromisos políticos y financieros, estas entidades subrayan que el éxito de este Pacto depende de la participación ciudadana, por lo que la hoja de ruta que se establezca debe primar que sea un proceso abierto y participativo. El cambio climático afecta a todos y a todas, y la sociedad civil, la comunidad científica y los agentes sociales deben estar en el centro del proceso de toma de decisiones.
A su juicio, este pacto debe ser un reflejo de la voluntad colectiva de proteger nuestro planeta y a las generaciones futuras dentro de un nuevo paradigma socio-económico post crecimiento. La ciudadanía no sólo debe ser informada, sino también activamente involucrada en la definición e implementación de medidas concretas. Un acuerdo de esta magnitud solo tendrá éxito si cuenta con el apoyo y la implicación de toda la sociedad.
Para ello, el consenso para el pacto de Estado debe fundamentarse en la evidencia científica, y proponen las líneas básicas que debería incluir el pacto de Estado para abordar la adaptación, mitigación y financiación para el cambio climático. Insisten en que debe abordar tres pilares fundamentales:
- Adaptación: ante el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, es necesario un plan nacional que proteja a la población y a la naturaleza. Esto incluye la gestión forestal para prevenir incendios, la restauración de ecosistemas para mitigar inundaciones, y la creación de refugios climáticos en las ciudades.
- Mitigación: es imperativo acelerar la transición energética para alcanzar la descarbonización total antes de 2040, tal como demanda la ciencia. Esto implica la suficiencia y reducción del consumo, el abandono de los combustibles fósiles, la inversión en energías 100% renovables, una reforma integral del transporte y la movilidad y un nuevo modelo de producción y consumo de alimentos para garantizar el futuro en un contexto de cambio climático.
- Financiación: el Pacto debe garantizar una financiación estable y transparente. Se propone la creación de un Fondo Estatal para la Mitigación y Adaptación y que las grandes corporaciones de combustibles fósiles, las principales responsables de la crisis climática, contribuyan a reparar los daños causados.
En definitiva, el Pacto de Estado de Emergencia Climática es una hoja de ruta que se encamina a transformar el modelo de desarrollo hacia uno sostenible, resiliente e inclusivo. Y para ello, como recuerdan los ecologistas no deben olvidarse tres pilares: adaptación, mitigación y financiación. EFE / ECOticias.com