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lunes, junio 5, 2023

¿Se puede predecir una avalancha?

Las avalanchas de nieve, también conocidas como aludes son desprendimientos de enormes cantidades de agua congelada y de rocas, que desciende por la ladera de las montañas y puede resultar catastrófica. El cambio climático las empeora y los científicos las estudian.

Un peligro impredecible hasta ahora

Cada año, miles de personas son afectadas por los aludes, ya que estos se presentan sin previo aviso y son capaces de arrasar con todo lo que encuentran a su paso. Las pérdidas que estos eventos ocasionan son cuantiosas y en muchas ocasiones se cobran víctimas mortales, lo que sucede con frecuencia cuando acontece en zonas pobladas, pistas de esquí o sitios de montañismo.

Se supone que debe haber un elemento desencadenante para que se produzca una avalancha y luego que esta se desata solo queda esperar a que la nieve acabe de asentarse, una vez que ya no haya terrenos en declive. El problema es que, si atrapa a personas es muy difícil sobrevivir, puesto que se puede quedar enterrado bajo toneladas de nieve, rocas y tierra, que suele solidificarse en la superficie.

Un nuevo estudio

Las futuras avalanchas podrían predecirse gracias a un nuevo método, que ha sido desarrollado por un equipo de científicos pertenecientes a una universidad escocesa, un país en el que solo en enero de 2022 ocurrieron un total de 17 episodios de avalanchas. Para conseguirlo realizaron el análisis de datos satelitales recogidos con sensores remotos y los cotejaron con modelos y experiencias anteriores, según ha publicado la revista Remote Sensing.

Científicos de la Universidad de Aberdeen descubrieron que los restos de una avalancha de 2016 y la posterior nevada podrían haber exacerbado los efectos del alud que experimentó la zona estudiada en 2021. Cotejando datos cruzados y modelos el grupo descubrió que el último fenómeno, que principalmente estaba compuesto por rocas, había recorrido 13 kilómetros.

Además, los investigadores detectaron movimientos sospechosos en la superficie del glaciar escocés, incluso antes de la avalancha de 2016. Esto podría permitir realizar cálculos basados en el análisis de datos satelitales y de los recopilados ‘in situ’, lo que permitiría a los científicos predecir el riesgo de avalancha

A través de una investigación más enfocada en las avalanchas es posible que se haya descubierto una base factible para evaluar mejor la naturaleza destructiva de las avalanchas. Esto no implica que no haya incertidumbres asociadas con las observaciones de los sensores remotos, por lo que sigue siendo necesario un estudio mucho más exhaustivo del tema.

Aún queda por identificar cuáles son las tendencias estadísticamente significativas en el desplazamiento de la superficie, en los momentos anteriores a que ocurra una avalancha. Pero esta tecnología abre la posibilidad de desarrollar un nuevo sistema de monitorización, que permita ayudar a montañistas de zonas como los Andes o el Himalaya, que ya sienten los efectos del cambio climático, que ha empeorado estos eventos.

Una investigación difícil y peligrosa

Si bien las observaciones de campo han demostrado ser efectivas a la hora de predecir avalanchas en el pasado, esto conlleva un alto grado de dificultad y un grave peligro para los científicos, que deben trabajar en zonas remotas, enfrentándose al riesgo de quedar sepultados por toneladas de nieve y escombros.

Por ello, el monitoreo remoto basado en imágenes satelitales podría ser clave para vigilar grandes áreas y para monitorear glaciares colgantes, lo que les permitirá realizar predicciones más fiables de cuáles son las zonas donde es más probable que se presenten grandes avalanchas. El grupo trabaja con científicos de todo el mundo, para estudiar diferentes tipos de avalanchas a escala global.

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