Una explosión en la empresa química Simar, situada en el polígono de Les Comes, en Igualada, ha generado una nube corrosiva que ha obligado a confinar durante varias horas a más de 60.000 vecinos de seis municipios de la comarca de la Anoia. Finalmente, el accidente ha causado tres heridos de carácter leve y con el paso de las horas la nube se ha ido disipando.
En todo caso, teniendo en cuenta el impacto que ha causado este accidente químico, desde Mare Terra Fundació Mediterrània se quiere recordar a las administraciones que «la mayoría de los tarraconenses desconocen qué deben hacer en caso de que se produzca una emergencia química», en palabras del presidente de la entidad, Ángel Juárez. «Y si lo quieren desmentir, que hagan un sondeo entre la población y den a conocer los datos resultantes. Nosotros estamos en contacto con la sociedad civil tarraconense y sabemos de primera mano que la mayoría de personas no saben qué significan las señales que se emiten cuando se hace un simulacro», ha añadido.
Desde Mediterrània hace muchos años que se propone una solución muy simple, pero económica y efectiva a la vez. Consistiría en repartir por los hogares de la ciudad (especialmente los de los barrios de Ponent, por su proximidad con la industria) carteles en los que se explicara qué significado tienen las señales de emergencia y que estos se pudieran pegar detrás de las puertas las casas. «De esta manera, todo el mundo sabría cuándo hay confinarse, cuándo se ha acabado el peligro y ya se puede salir de casa… Es muy sencillo y sólo hace falta un poco de buena voluntad para llevarlo a cabo», ha asegurado Juárez.
Más allá de este hecho puntual, la entidad ambiental denuncia que «se hacen simulacros, pero de espaldas a la sociedad. Son pruebas de carácter interno, casi cerradas, y no invitan a la sociedad civil a participar. ¿Así es como quieren hacer pedagogía de un tema tan importante para la salud de las personas? Todavía estamos esperando que realicen un simulacro y que las fuerzas sociales puedan tomar parte».
Finalmente, Juárez ha apuntado que «creemos que ha llegado la hora de que las administraciones responsables cambien el chip y entiendan que la sociedad civil debe participar de manera directa en estos simulacros. Si no es así, llegará el día en que se produzca un accidente y aquí nadie sabrá qué hacer. Y después llegarán las lamentaciones por no haber hecho el trabajo a tiempo… Si en Igualada un solo camión ha provocado esto, pensemos que puede pasar en Tarragona, donde a diario entran y salen del polígono químico más de 300 camiones».