García Mira trasladó igualmente que, en España, los estilos de vida no son muy diferentes de los asentados en otros países de Europa, teniendo éstos un impacto muy importante en términos de huella ecológica
En declaraciones a Radio Líder Galicia, Ricardo García Mira, Doctor en Psicología y Profesor de Psicología Social y Ambiental en la Universidad de A Coruña desde 1995, donde es Coordinador del Grupo de Investigación Persona-Ambiente, manifestó que la educación ambiental es una dimensión importante de la educación en general, añadiendo que los comportamientos más relevantes, proambientalistas y más responsables, tienen que ver con la conducta humana y con el desarrollo de programas de cambio, no sólo de sensibilización.
Es por ello que entiende que hay que ir más allá de la transmisión de conocimiento porque, a pesar de que la sociedad parece estar muy concienciada, el deterioro ambiental sigue siendo progresivo. “La gente se muestra cada vez más ambientalista; no obstante, cuando analizamos conducta a conducta, parece dispuesta a cambiar unas, pero no otras, que están moduladas por dilemas y circunstancias que hacen que el comportamiento no sea todo lo responsable que debiera». Y como ejemplo puso la cantidad de tiempo en el que utilizamos el coche particular para desplazarnos de un lugar a otro. Hay avances en la materia (automóviles eléctricos, transporte colectivo, etc), pero conviven con la tendencia a mantener el mayor número de coches y de mayor cilindrada.
ECONOMÍA VERDE
García Mira trasladó igualmente que, en España, los estilos de vida no son muy diferentes de los asentados en otros países de Europa, teniendo éstos un impacto muy importante en términos de huella ecológica, por lo que se hace necesario introducir programas que consideren la intervención de educadores y psicólogos ambientales capaces de introducir las pautas hacia cambios de conducta más responsables. No obstante, subrayó que también es necesario trabajar con economistas (micro y macro) para definir los modelos a los que debemos aspirar, hacia qué sociedad debemos avanzar y cómo debemos cambiar nuestro estilo de vida para que la economía no afecte al sistema de bienestar.
En Europa está hoy en auge la “economía verde”, una firme apuesta de la Unión Europea que intenta mantener el crecimiento, pero produciendo de una forma más responsable y con menos impacto. A juicio del representante de la UDC, todavía tiene muchas lagunas porque “significa que las empresas deben aumentar sus costes en control de producción y esto implica más inversiones, además de regular la dimensión de negocio del ciclo vital de un producto”.
Asimismo, precisó que “de la misma manera que se impulsa desde la UE la economía feroz, también se están promoviendo programas para estilos de vida sostenibles”, a lo que añadió que “si bien se están aportando más de 80.000 millones de euros al programa de investigación y desarrollo para temas ambientales, la realidad es que seguimos con programas y dinámicas tendentes a mantener compañías contaminantes que inducen al consumo desenfrenado de productos”, lo que lleva a pensar que “la economía verde no acaba de ser tan verde”.
LA TRANSVERSALIDAD DEL MEDIO AMBIENTE
Mira se refirió al carácter transversal del medio ambiente, aludiendo a que la educación ambiental no puede limitarse a ser una disciplina aislada, sino que debe situarse en un contexto más amplio, trabajándose en el ámbito de las competencias. “La escuela es una parte del medio ambiente, pero tiene que abrirse a las familias para visualizarse como un agente activo”, precisó, al tiempo que afirmó que la auténtica transmisión de valores se adoptan a través de plataformas que complementen las escuelas con las familias y entidades que toman decisiones.
Aseguró que el ciudadano no está dispuesto a pagar por cuidar el medio ambiente, pero se hace necesario que todo aquel que contamine, pague por ello y que, además, se someta a procesos educativos.
En cuanto a la innovación social, se refirió a la misma como un concepto relativamente nuevo que intenta introducir una nueva forma de conectar las políticas con la ciudadanía. “Estamos intentando hacer una teoría de la innovación social que permita identificar los factores de cambio hacia nuevos contextos en los que la ciudadanía pueda desarrollar mejor sus estilos de vida”. Se trata, concluyó, de “establecer nuevas formas de relaciones humanas”.
EL CAMBIO CLIMÁTICO, UNA REALIDAD
El informe del Panel Internacional del Cambio Climático, escrito por 260 científicos de 30 países, basado en 9.200 publicaciones científicas y revisado por más de 1.000 expertos independientes que emitieron más de 54.000 comentarios, es un documento que rinde cuentas antes 110 gobiernos y está soportado por la ciencia. “El 95 por ciento de los expertos concluyen que los seres humanos son los responsables del cambio climático”.
Reconoció las dificultades existentes para conectar la investigación con la política ambiental porque, en realidad, “no se enseña a los investigadores a conectar con los políticos ambientales”. Apuesta firmemente por tender puentes.