El documento atribuye el buen papel de España durante ese año al paso «sustancial» del uso de carbón al gas natural, a la fuerte caída del consumo de gasolina en el transporte por carretera y al desarrollo de las energías renovables.
Los Veintisiete en su conjunto consiguieron un recorte del 2% en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y confirmaron así la tendencia positiva por quinto año consecutivo y que hace que la Unión Europea haya disminuido en un 11,3% sus emisiones con respecto a 1990, casi la mitad del 20% al que se ha comprometido para el horizonte de 2020.
La agencia de medio ambiente europea destaca que, por primera vez, en 2008 dos sectores como el de la aviación internacional y el transporte marítimo consiguieron rebajar sus emisiones, si bien advierte de que en parte se debió a la recesión económica. Estos dos sectores representan aproximadamente un 5,9% de las emisiones de toda la UE.
En opinión de la comisaria de Cambio Climático, Connie Hedegaard, las cifras de 2008 «no se deben únicamente a la crisis financiera», sino a las políticas «ambiciosas» implantadas por la UE y los Estados miembros en los últimos años y cuyos efectos «son cada vez más perceptibles».
Según los datos del informe, las emisiones entre 2007 y 2008 descendieron un 1,9% en la Unión Europea de los 15 pese a que la zona registró un crecimiento del 0,6%, lo que a juicio del Ejecutivo comunitario demuestra que el crecimiento y el desarrollo sostenible «pueden ir de la mano».
Así, las emisiones de la UE de los 15 se sitúan un 6,9% por debajo del nivel del año de referencia, lo que les deja muy cerca del objetivo de reducción del 8% de media respecto al año de referencia al que se han comprometido para el periodo 2008-2012 del Protocolo de Kioto.
«La Unión Europea debe y va a continuar la transición a una economía baja en emisiones», recalcó la comisaria en un comunicado, tras recordar el objetivo europeo de recortar un 20% sus emisiones en 2020 con respecto a 1990 y de entre un 80 y un 95% en el horizonte de 2050.
Bruselas, además, asegura que mejorar el compromiso europeo de un 20 a un 30% costaría mucho menos de lo previsto porque exigiría 11.000 millones adicionales al cálculo estimado inicialmente para la rebaja del 20%, si bien se resiste a hacer recomendaciones al respecto y espera la decisión de los Gobiernos.
Pese a las buenas cifras de 2008, el Ejecutivo comunitario pidió a todos los Estados miembros «continuar los esfuerzos» para no fallar en los objetivos fijados para el periodo 2008-2012, en el marco del Protocolo de Kioto.
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