La contaminación del aire se ha consolidado como un grave problema de salud pública en España, con impactos que van mucho más allá de las afecciones respiratorias tradicionalmente asociadas.
Estudios recientes alertan de que uno de cada ocho ingresos neurológicos urgentes está relacionado con la calidad del aire que respiramos, lo que pone de relieve una conexión cada vez más clara entre la polución ambiental y las enfermedades del sistema nervioso.
Este dato resulta especialmente preocupante en un contexto urbano donde millones de personas están expuestas de forma cotidiana a niveles elevados de contaminantes.La exposición prolongada a aire contaminado no solo incrementa la probabilidad de sufrir estos eventos, sino que también agrava su evolución clínica.
Contaminación atmosférica e ingresos neurológicos: uno de cada ocho casos urgentes está relacionado con el aire contaminado
Uno de cada ocho ingresos urgentes en el hospital por causas neurológicas (demencia, párkinson, alzhéimer o esclerosis múltiple) está relacionado a corto plazo con la contaminación atmosférica, según han concluido investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
La contaminación del aire se ha consolidado como un grave problema de salud pública en España, con impactos que van mucho más allá de las afecciones respiratorias tradicionalmente asociadas.
Los científicos han analizado para ello más de 15.000 hospitalizaciones urgentes en España relacionadas de esas causas neurológicas y han confirmado la relación que tienen con la contaminación y las temperaturas, ya que un 12,5 por ciento de los ingresos pueden atribuirse a la contaminación atmosférica y un 1 por ciento a las altas o bajas temperaturas.
Un análisis de más de 15.000 urgencias revela el peso de la contaminación en la salud neurológica
Los resultados señalan que, de las 15.437 hospitalizaciones con carácter de urgencia por causas neurológicas que se produjeron entre 2013 y 2018 y han sido analizadas en el estudio, cerca de 2.000 pueden atribuirse a la contaminación atmosférica, y casi 200 se relacionan con las altas o bajas temperaturas.
El estudio, que ha sido publicado en uno de los repositorios de trabajos científicos más populares (Science Direct) recuerda la interacción entre ambas variables, contaminación y temperaturas, en relación con la salud y el riesgo de enfermedad.
El papel de las temperaturas extremas en el aumento de hospitalizaciones
El vínculo entre las enfermedades neurológicas y variables ambientales, como la contaminación atmosférica y las olas de calor y frío, no se ha estudiado hasta ahora con profundidad, y el Departamento de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII ha llevado a cabo un estudio analizando más de 15.000 hospitalizaciones urgentes debido a causas neurológicas.
La investigación, un estudio ecológico retrospectivo, se ha llevado a cabo en 10 de las provincias más pobladas de España, utilizando datos de los años 2013 a 2018.
Y, para ello, se han analizado los citados ingresos urgentes por causas neurológicas, las concentraciones medias diarias de partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, y ozono troposférico, así como las temperaturas máximas y mínimas diarias en olas de calor y frío, respectivamente.
A partir de esos datos se ha calculado la probabilidad de ingreso para cada variable y se han estimado los ingresos hospitalarios atribuibles a cada variable de riesgo ambiental, para concluir que durante el periodo analizado 245 ingresos fueron atribuibles al efecto de las concentraciones de partículas en suspensión, una cifra inferior a los atribuibles al dióxido de nitrógeno (581) y al ozono (1.107).
El ISCIII pide medidas urgentes para reducir la exposición de la población a la contaminación
Los investigadores, liderados por Julio Díaz y Cristina Linares, que coordinan el Departamento de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, han concluido que el elevado impacto de la contaminación atmosférica en este tipo de ingresos hospitalarios recomienda la adopción urgente de más medidas destinadas a reducir los niveles de contaminación a los que está expuesta la población.
La investigación, un estudio ecológico retrospectivo, se ha llevado a cabo en 10 de las provincias más pobladas de España, utilizando datos de los años 2013 a 2018.
Frente a esta realidad, los expertos coinciden en la necesidad de adoptar medidas urgentes y estructurales. La reducción del tráfico contaminante, el impulso del transporte público y de la movilidad activa, así como el control de las emisiones industriales, son acciones clave para mejorar la calidad del aire.
Proteger el aire que respiramos es proteger nuestra salud cerebral y reducir una carga sanitaria que ya está dejando una huella profunda en la sociedad española.













