El Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono fue aprobado y firmado por 28 países, el 22 de marzo de 1985. En septiembre de 1987, esto condujo a la redacción del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
Para conmemorar la firma de dicho protocolo, cada año el 16 de septiembre se celebra el Día mundial de la preservación de la capa de Ozono. Gracias al esfuerzo combinado de todos los países firmantes, esta sigue decreciendo y los expertos vaticinan que para 2066 se cerrará completamente.
La protección de nuestra capa de ozono en la atmosfera
La capa de ozono prosiguió su recuperación en 2024, con un agujero antártico de menor tamaño que en años previos, y continúa su evolución positiva de cara a una total regeneración hacia 2066, indicó este martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En su informe anual sobre la cuestión, que se publica en el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, la agencia indicó que el agujero antártico, que aparece cada primavera austral, alcanzó el pasado año su nivel máximo el 29 de septiembre, cuando se observó un déficit de 46,1 millones de toneladas. La cifra es menor tanto a la media de 1990-2020 como a las registradas en 2020 y 2023, cuando el déficit de masa de ozono llegó a superar las 50.000 toneladas.
Le siguió una recuperación relativamente rápida una vez ese nivel máximo fue alcanzado, indicó el informe de la agencia meteorológica de Naciones Unidas, en el que también se destacó que la cobertura de ozono a nivel general en el planeta fue más alta que en mediciones anteriores.
La tendencia positiva a largo plazo refleja el éxito de la acción internacional coordinada, subraya OMM, que este año celebra los 40 de la firma de la Convención de Viena, en la que se reconoció el creciente problema de la disminución de la capa de ozono.
La prohibición de uso de sustancias contaminantes
Aquel consenso internacional llevó a promulgar dos años después el Protocolo de Montreal para prohibir las sustancias que contribuían a ello, tales como los clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC), usados en refrigeración, aparatos de aire acondicionado o en extinción de incendios.
Ya a mediados de los años 70 los científicos advirtieron que esas sustancias estaban reduciendo los niveles en la atmósfera de ozono, necesario para protegerse de los rayos UV del Sol, que en exceso pueden causar cáncer de piel, problemas de vista y daños al ecosistema. Con motivo del 40º aniversario, el secretario general de la ONU, António Guterres, destacó este martes que los acuerdos de Viena y Montreal fueron un hito en el multilateralismo.
Ahora que la capa de ozono está curándose, un logro así nos recuerda que cuando las naciones escuchan las advertencias de la ciencia, el progreso es posible, añadió el máximo responsable de Naciones Unidas en alusión a los similares esfuerzos que se están intentando impulsar para la lucha contra el cambio climático.
Los niveles de ozono en la atmósfera regresarán a los niveles anteriores a la aparición del agujero antártico en 2066 en el Polo Sur, aunque la normalidad se recuperará algo antes en el Ártico (hacia 2045) y en el resto del mundo (2040), según cálculos publicados hace tres años.
El objetivo principal del Protocolo de Montreal es tomar medidas para controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono, con el objetivo final de eliminarlas. Y según los cálculos de los expertos, esto podría lograrse en apenas 41 años. EFE / ECOticias.com