“Según la cooperativa de comercio justo Equal Exchange, la industria del café es un generador de empleo muy importante en Perú, con aproximadamente 110.000 productores de café, muchos de ellos indígenas. Y el café puede ser un cultivo sostenible.”
Perú ha sido durante mucho tiempo un gran exportador de café, produciendo más granos que sus competidores latinoamericanos en Nicaragua, México y Costa Rica. Algunos incluso se exportan a Colombia, desde donde luego de ser remarcados, se venden al exterior.
Pero tanto el cultivo, como la producción del café tienen una gran cantidad de efectos colaterales nocivos y de riesgos ambientales, como la deforestación, la erosión del suelo y el uso excesivo de agroquímicos.
Salvar Alto Mayo
La región que rodea Alto Mayo, al igual que gran parte del norte de Sudamérica, es rica en biodiversidad. Cientos de especies de aves y miles de plantas, muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar del planeta, habitan esta zona.
A pesar de su proclamación oficial como área protegida hace más de 50 años, la tala ilegal de los bosques está acabando con la vida silvestre. El gobierno puso en marcha diversas iniciativas durante los años 1970 y 1980 para centrarse en la conservación, pero esos esfuerzos cayeron en el abandono y el olvido.
Mientras tanto, la deforestación, el aumento de la población y la construcción de alguna carretera, siguen amenazando este bosque y las plantaciones de café en esta región no hacen más que contribuir a agravar el problema.
Un buen café a un precio justo
Algunas de las cooperativas de café locales se han puesto de acuerdo y han colaborado con varias ONG´s que trabajan en esta área. Y juntos, han logrado la certificación orgánica de su producto. Gracias a ello, los proyectos de reforestación están en condiciones de mantener el agua fresca para los aproximadamente 240.000 ciudadanos que viven aguas abajo del Alto Mayo.
Varias organizaciones no lucrativas de Perú han puesto en marcha un programa de “créditos de carbono” para impulsar los esfuerzos de conservación en el Alto Mayo. Los consumidores pueden hacer pagos anuales o suscripciones más amplias al proyecto.
La idea es animar a la gente a contribuir de forma activa para mejorar y ampliar sus prácticas de cultivo de café sostenible. Esta iniciativa promete aumentar la plantación de árboles y crear incentivos económicos adicionales para quienes trabajan la tierra.
Pero este proyecto no trata sólo de reducir los gases de efecto invernadero o remediar el problema ambiental. Las primas que los mayoristas pagan las 600 familias que cultivan de forma sostenible funcionan de manera similar a los proyectos de comercio justo: aumentan los ingresos y fortalecen las comunidades.