“En la última semana de octubre, las organizaciones ambientalistas Observatorio Petrolero Sur (OPSur) y Taller Ecologista organizaron una conferencia sobre la salud ambiental y la producción no convencional de petróleo, mejor conocida como fracturamiento hidráulico o fracking y estas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron.”
Sí o sí contamina
Según la opinión de los especialistas convocados, en todas las zonas en las que se practica este tipo de extracción se encuentran con el mismo paisaje: una ruptura abrupta de los ecosistemas circundantes, de forma que los árboles, las plantas y los animales se mueren por la contaminación del agua y de los suelos.
Los seres humanos que viven cerca de los yacimientos también sufren este problema y generalmente las compañías se dedican a intentar “comprar” sus voluntades con edificaciones de escuelas y hospitales, para tratar de justificar los daños. Esta es una práctica común en muchos lugares del mundo.
Racismo ambiental
Los indígenas suelen estar en primera línea de lo que estos especialistas dieron en llamar “racismo ambiental”. Sus comunidades son seleccionadas para practicar el fracking primero porque son fáciles de explotar. De hecho, en Argentina los mapuches están sufriendo este problema en carne propia.
En EEUU se dio el caso de un yacimiento que iba a instalarse cerca de una población y ante las protestas de los habitantes prefirieron irse a otro lado. Obviamente eligieron una reserva indígena, ya que cuentan con poca protección estatal y suelen estar más acuciados por las necesidades económicas.
Las compañías llegan vendiendo la idea de que traerán prosperidad y en realidad lo que hacen es explotar los yacimientos y luego irse por donde vinieron, sin importarles en absoluto los desastres que puedan haber causado a nivel social, de salud o medioambientales.
Hay que decir No al fracking
Si mientras están trabajando no les preocupa en absoluto contaminar el agua y los suelos, mucho menos les preocupará hacerlo, cuando saben que se van y que nadie les pedirá cuentas por los destrozos, por eso hay que impedir que se instalen.
La investigación muestra claramente que los daños provocados por la exposición a subproductos de la fractura hidráulica son tan profundos, que en muchos casos resultan irremediables, por lo que sin dudas la única opción que hay es prevenir y que los gobiernos de decidan de una vez por todas a decir No al fracking.
Porque cada vez que un pozo de fractura hidráulica comienza a funcionar, la polución que genera no solo afecta directamente a las comunidades y ecosistemas cercanos, sino que lo hace indirectamente al resto del planeta. Las corrientes marinas, los vientos y las lluvias esparcen estos contaminantes, por lo que nadie se salva de estar expuesto a sus consecuencias.