“El ganador del premio Goldman, Isidro Baldenegro López, conocido por su activismo contra la tala ilegal, fue asesinado a tiros hace unos pocos días, cuando visitaba a su tío en un pequeño pueblo de Chihuahua.”
Activista y agricultor
Este agricultor de subsistencia y líder de la comunidad de Tarahumara en la región montañosa de Sierra Madre, recibió el premio Goldman en 2005 por su campaña no violenta para proteger los bosques de la deforestación, en una región plagada de violencia, tráfico de drogas y corrupción.
Según informes locales, el líder indígena, que tenía 51 años, había regresado recientemente a su comunidad Coloradas de la Virgen en Chihuahua después de un largo período de exilio debido a amenazas contra él y su familia.
La cordillera occidental de Sierra Madre, en el norte de México, alberga uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, que incluye cuatro cañones colosales cada uno más grande que el Gran Cañón, y es la tierra ancestral del pueblo Tarahumara.
Los bosques han sido durante mucho tiempo atacados por madereros ilegales incitados por funcionarios corruptos y terratenientes, forzando a los Tarahumara a áreas progresivamente más pequeñas y aisladas.
Una triste historia
Cuando era niño, fue testigo del asesinato de su padre después de tomar posición contra la tala. Pero a pesar de los graves riesgos, Baldenegro dedicó su vida a defender el bosque y las tierras habitadas por su comunidad durante cientos de años.
En 1993 fundó una ONG para combatir la deforestación, que atrajo la atención nacional. En 2002, organizó una serie de bloqueos y marchas que obligaron al gobierno a suspender temporalmente la tala. Al año siguiente, una protesta encabezada por las esposas de líderes comunitarios asesinados condujo a un fallo judicial que prohibía la tala.
Pero sus esfuerzos enojaron a la poderosa red de funcionarios estatales, terratenientes y jefes criminales involucrados en la tala y en 2003 fue encarcelado durante 15 meses bajo cargos falsos de posesión de armas y drogas.
Fue liberado en 2004 y continuó luchando por la defensa de sus tierras, aun bajo amenazas de muerte, las mismas que sufren innumerables personas que se oponen al robo de sus tierras y a la destrucción del medio ambiente.
Esto tienen que parar
Su muerte se produjo luego de que al menos 122 activistas fueron asesinados en América Latina en 2015 mientras intentaban proteger los recursos naturales de megaproyectos ambientalmente destructivos como represas, minas, centros turísticos y tala.
2015 fue el año más letal para los activistas ambientales a nivel mundial, con al menos 185 muertos, aunque no podemos ignorar a la líder indígena hondureña Berta Cáceres, que recibió el premio Goldman en 2015 y fue asesinada en marzo de 2016 tras años de amenazas de muerte e intimidación vinculadas a su campaña contra una presa hidroeléctrica financiada internacionalmente.