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lunes, marzo 20, 2023

El comercio ilegal de plantas y animales en Perú

“El comercio ilegal y el encarcelamiento de animales exóticos no siempre es visible en el Perú, puesto que los locales saben que a los turistas occidentales no les gusta este “espectáculo”. Sin embargo, cualquier persona que pregunte en un mercado, sobre una especie animal particular será informado del precio y las condiciones de venta casi de inmediato.”

Un círculo vicioso

En cada una de las pequeñas ciudades de la selva, la policía nacional tiene la ardua tarea de encontrar y confiscar a este tipo de animales exóticos en los mercados ilegales, muchos de los cuales se encuentran en sitios considerados “populares” por los turistas.

Uno de sus principales problemas es que en general los animales son ofrecidos por niños y en cuanto aparece la policía y trata de detenerlos, los demás feriantes les acusan de asustar a los pequeños y querer quitarles sus mascotas, mientras éstos lloran ante la perspectiva de que se los castigue en casa, por haber sido descubiertos.

Este drama es habitual, pero no por ello menos lamentable y se da en casi todos los pequeños poblados que hay en la selva peruana, donde es posible conseguir cualquier tipo de especie, a precios que luego, tras su traslado a los países más ricos, se multiplica varias veces, haciendo del tráfico ilegal de animales un pingüe negocio.

Y no solo se trafica con animales, sino que las maderas preciosas arrancadas a la selva también son fuente de negocio, tanto que recientemente se descubrió que dos agentes de policía y dos empleados de la Dirección General de Flora y Fauna Silvestres de Ucayali parecen estar involucrados en un negocio ilegal, por valor de 20 millones de dólares.

La ley y la realidad

En 1975, Perú firmó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas o CITES, que establece la protección de los animales en peligro de extinción. Las infracciones deberían ser castigadas con multas que pueden variar entre 12,000 a 1,2 millones de dólares. Pero la aplicación de dichas directivas puede ser complicada.

Según un artículo científico publicado en el American Journal of Primatology, cada año se matan o capturan alrededor de 100.000 primates en el Perú, ya sea para ser comercializados en los mercados por su carne, para ser expuestos en complejos turísticos o para venderlos al mejor postor.

Aparte de los monos, también se cazan aves exóticas, perezosos y ocelotes. Un estudio demostró que unas 380 especies diferentes se comercializan ilegalmente en Perú, de las que aproximadamente el 9% están en peligro crítico de extinción.

La selva amazónica es un lugar en el que las especies animales y vegetales han estado desapareciendo a un ritmo alarmante durante años. Y aunque las leyes existen, no se están aplicando con eficiencia, mientras el tráfico ilegal de especímenes y plantas de todo tipo, sigue campando a sus anchas.

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