El nivel de alerta para el volcán guatemalteco Pacaya es hoy más bajo, pues las autoridades consideran normal su actividad.
De anaranjado a amarillo descendió esa categoría para el coloso, que el 27 de mayo último tuvo una erupción de grandes proporciones para causar numerosos daños en los alrededores y con saldo de una persona muerta.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, sismógrafos colocados en puntos clave cercanos a la montaña y un observatorio permanente registran datos dentro de los parámetros normales.
Por su parte, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres mantiene el monitoreo y posee cinco bases de radio para informar constantemente sobre la situación.
Los cultivos y viviendas de las comunidades más próximas al volcán fueron destruidos por rocas ígneas y ceniza despedidas cuando el estallido, considerado el más fuerte de los últimos años.
El Pacaya, en el sureño departamento de Escuintla y a unos 50 kilómetros al sur de esta capital, se eleva dos mil 552 metros sobre el nivel del mar.