Desconocimiento de las leyes, negligencia, falta de profesionalismo o interpretación política de las normas sobre protección del medio ambiente son algunas razones que impiden alcanzar las metas previstas
Los objetivos y metas sobre preservación y respeto del medio ambiente, establecidos en la legislación boliviana, no son cumplidas por el Gobierno central, las gobernaciones y las municipalidades, y ni por la ciudadanía.
Desconocimiento de las leyes, negligencia, falta de profesionalismo o interpretación política de las normas sobre protección del medio ambiente son algunas razones que impiden alcanzar las metas previstas, según varios expertos ambientalistas, autoridades y vecinos de la ciudad, consultados al respecto.
El caso más conocido de interpretación política de la legislación del medio ambiente es la decisión gubernamental de construir “a cualquier precio” una carretera por el medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), considerando que la misma, pese a que, según advirtieron expertos e indígenas de la zona, podría afectar los reservorios de agua dulce, eliminar miles de especies de flora y fauna silvestres y acelerar los efectos del cambio climático en la zona subandina del territorio nacional.
Al margen de la problemática del Tipnis, cuya resolución será histórica, el presidente de la Campaña de Defensa del Tipnis, Pablo Rojas, informó que hay otros problemas de contaminación ambiental que el Órgano Ejecutivo, las gobernaciones y los municipios tienen que resolver de manera mancomunada, como la contaminación por extracción de minerales, así como las concesiones otorgadas al calor político a los cooperativistas mineros.
Técnicos de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) y del Foro Boliviano del Medio Ambiente (Fobomade) acotaron que el Gobierno debe resolver varios problemas ambientales como la deforestación de bosques, el uso de agroquímicos en la agricultura, la desertización del área cultivable, la falta de agua, la contaminación de ríos por actividad minera, entre otros.
Para el Coordinador de Gestión y Monitoreo Ambiental (GEMA), Marcelo Delgadillo, el mayor logro del Gobierno fue la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, que garantiza el respeto a la Madre Tierra y los ecosistemas. Sin embargo, acusó a los operadores del Gobierno de “no responder al desafío histórico de tales tareas y que la corrupción, disfrazada de errores, permite seguir con la vieja lógica colonial del uso, goce y disfrute del botín del Estado”.
Como gran desafío para preservar el medio ambiente, la responsable de la Secretaría de la Madre Tierra de la Gobernación, Tatiana Sanabria, propuso realizar un inventario y/o diagnóstico preciso de las diferentes obras o proyectos de desarrollo que se ejecutan en Cochabamba y, en particular, de los procesos de contaminación emergentes del chaqueo para ampliar la frontera agrícola, la extracción de minerales y la explotación de hidrocarburos, a fin de establecer políticas de prevención efectivas.
Agregó que en las ciudades y capitales provinciales la contaminación se puede dar mediante actividades humanas, como la producción de bienes por procesos industriales, que producen vapores, dióxido de carbono, desechos sólidos y descargas de productos químicos; el uso de automóviles, que produce monóxido de carbono que contamina el ambiente; las toneladas día de basura que generan las personas al desechar empaques plásticos.
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