Uno de los principales puntos evaluados fue el abastecimiento de agua potable. En el estudio se resalta la importancia de crear conciencia en la población de la proyectada escasez del agua potable para las próximas generaciones
Una de las consecuencias del cambio climático a nivel mundial son los eventos extremos producto del mismo. Ejemplo de esos “eventos” son las lluvias abundantes que concluyen en inundaciones o las sequías extremas que tendrían consecuencias directas sobre el sector hídrico nacional, según un estudio realizado el Programa de Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible (PRODUS) de la Universidad de Costa Rica y el Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
Uno de los principales puntos evaluados fue el abastecimiento de agua potable. En el estudio se resalta la importancia de crear conciencia en la población de la proyectada escasez del agua potable para las próximas generaciones y la necesidad de prepararse en sociedad ante los eventos que se avecinan producto del cambio climático y otros fenómenos como El Niño y La Niña.
“Algunas de las medidas no requieren de grandes inversiones; con mejoras en el sistema, el desarrollo económico permitiría invertir en el sector hídrico, generando un círculo virtuoso con importantes beneficios para el sector”, dicen los especialistas.
El estudio hace énfasis en mejorar el ordenamiento territorial y los planes reguladores para que busquen -a su vez- proteger las zonas de recarga y las de presencia de mantos acuíferos.
Los cambios en la legislación permitirían introducir instrumentos económicos como redefinir las tarifas del agua y aplicarlas, “de tal manera que los usuarios conozcan el costo real del líquido y el costo por el servicio, incluyendo el costo de la protección de las fuentes actuales y futuras. De esta manera, se controlará el desperdicio y se concienciará a la población sobre su valor real”, advierte el informe.
Dentro de los principales retos para el país se encuentra el generar un diagnóstico sectorial que indique cuáles serían los principales sectores afectados a nivel agropecuario, por cultivo o zona afectada ante los efectos del cambio climático. Sin esto, advierte el informe, no se pueden priorizar los recursos ni dirigir las investigaciones hacia los posibles sectores más afectados. Además, se recomienda a las instituciones encargadas, como el Ministerio de Agricultura, trabajar conjuntamente con el IMN en desarrollar una política nacional para el sector.
El estudio señala cuáles serían los cantones más vulnerables y que podrían resentir más los problemas de abastecimiento de agua:
- Por eventos extremos secos en la región Chorotega los cantones con problemática son Nicoya, la Cruz y Cañas que presentan alta vulnerabilidad. El resto de la región poseen vulnerabilidad media alta, así como los cantones de Upala, Los Chiles y Guatuso en la región Norte. Los cantones de Puntarenas, Orotina y Parrita en la región Pacifico Central, así como los cantones de Pérez Zeledón y Buenos Aires en la región Brunca, y parte de los cantones de Cartago, Desamparados, Alajuelita, Orotina, Curridabat y San José dentro de la región Central.
- Los cantones más vulnerables por eventos extremos lluviosos se localizan en los cantones de Sarapiquí, Upala y Los Chiles en la zona norte del país, Parrita en el Pacifico Central y Tarrazú en el Valle Central. Este tipo de vulnerabilidad también se presenta en el cantón de Osa dentro de la zona Sur del país y en los cantones de Limón, Pococí, Matina y Guácimo en la región Atlántica.
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