El inventario, que será concluido en hasta cuatro años, incluye las especies de árboles de la Amazonia, lo que «nos permitirá tener un panorama amplio de la calidad y las condiciones de lo que se conoce como cobertura forestal»
El trabajo demandará un plazo de 4 años. «Vamos a conocer la selva por dentro», anunció el director del servicio forestal, Antonio Carlos Hummel.
El gobierno brasileño prepara un minucioso inventario de la Amazonía, la mayor selva tropical del planeta, con el que pretende no sólo realizar un censo de sus riquezas, sino también evaluar la calidad de bosques y áreas degradadas, informó el ministerio de Medio Ambiente este viernes.
El inventario, que será concluido en hasta cuatro años, incluye las especies de árboles de la Amazonia, lo que «nos permitirá tener un panorama amplio de la calidad y las condiciones de lo que se conoce como cobertura forestal» y ayudará a «mejorar la implantación de políticas públicas», informó el ministerio en un comunicado.
«Vamos a conocer la selva por dentro», destacó el director del servicio forestal, Antonio Carlos Hummel. El último inventario forestal del país fue realizado en 1970.
«Sabremos qué tipo de selvas tenemos, su calidad, descubriremos especies, conoceremos más sobre las especies en extinción», destacó la ministra, Izabella Teixeira, citada por la estatal Agencia Brasil.
Entre agosto de 2011 y julio de 2012, la superficie deforestada de la Amazonía fue de 4.656 km2, la más baja desde que existen registros oficiales en la materia, lo que supone una reducción del 27% en relación con los doce meses precedentes.
Brasil, uno de los mayores responsables del cambio climático debido a la destrucción de sus bosques, se comprometió en 2009 a reducir en un 80% la deforestación de la Amazonía hasta 2020, cuando la destrucción de la selva no debería superar los 3.925 km2 anuales.
Madereros ilegales
Indígenas en la Amazonia brasileña alquilan lotes de tierra a precios muy bajos para permitir la extracción ilegal de madera, una práctica que las autoridades tratan de combatir «intensamente», informó el diario Folha de Sao Paulo en su edición del sábado.
Los madereros dan dinero a los indios para entrar a sus tierras y pagan cerca de 15 reales (unos 7,35 dólares) por el m3 de madera, que luego venden en el mercado por 1.000 reales (unos 490 dólares), precisó el rotativo.
La madera se vende con planos de manejo forestal emitidos legalmente para otras áreas.
Además de dinero, los indígenas aceptan como parte de pago aparatos electrónicos, bebidas y hasta prostitutas, añadió Folha, citando informes de la Fundación Nacional del Indio (Funai, estatal).
Las tierras indígenas ocupan el 21,2% de la Amazonia, la mayor selva tropical del planeta, y según las autoridades –que ya identificaron casos los estados de Amazonas, Pará, Maranhao, Mato Grosso y Rondonia– la práctica afectó hasta ahora al 1,29% de esa superficie.
La Funai dijo a Folha que combaten «intensamente» la extracción ilegal de madera en tierras indígenas con una mayor fiscalización.
La población indígena representa menos del 1% de los 194 millones de habitantes de Brasil.
El gobierno anunció el viernes que prepara un minucioso inventario de la Amazonia, con el que pretende no sólo realizar un censo de sus riquezas, sino también evaluar la calidad de bosques y áreas degradadas.
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