Tan solo en las provincias de Darién, Panamá, Bocas del Toro y la comarca Emberá Wounaan, se concentra más del 60% de las áreas boscosas del país, pero también es en Panamá Y Darién donde el problema de la deforestación se torna más crítico.
La falta de conciencia de la población y el crecimiento económico se han convertido en los principales enemigos de las áreas boscosas de Panamá. Las dos se unen y en una palabra sincronizan el daño que le están causando al medio ambiente istmeño: deforestación.
Tan solo en las provincias de Darién, Panamá, Bocas del Toro y la comarca Emberá Wounaan, se concentra más del 60% de las áreas boscosas del país, pero también es en Panamá Y Darién donde el problema de la deforestación se torna más crítico.
Datos de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) indican que en los últimos diez años, entre 2002 y 2012, se talaron unas 160 mil hectáreas de bosque en todo el país, casi la mitad de esa cifra se ubica en la región de Darién y la provincia de Panamá.
La ambientalista Raisa Banfield manifestó que en el caso de las provincias de Panamá, las áreas más afectadas son el Parque Camino de Cruces, debido a la expansión de la ciudad y la construcción de vías; la cuenca del Canal, específicamente en los distritos de Arraiján y La Chorrera; esto por el crecimiento de la población. Igual comentó que se están afectando los bosques tropicales de Amador.
Banfield recomendó un cambio en la mentalidad de los panameños y la reestructuración en las políticas ambientalistas, de manera que se cree una protección férrea para estas áreas.
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