Hallan cocaína en tiburones capturados en Brasil. El carbono azul está considerado como uno de los posibles aliados que tiene el ser humano, para contrarrestar los efectos de sus acciones sobre el planeta, especialmente para mitigar el cambio climático.
Para conseguirlo se están implementando estrategias para la preservación de la biodiversidad marina, y con ella de los stocks de carbono. Pero en medio de estos estudios se ha encontrado que algunos tiburones en Brasil tienen trazas de cocaína, lo que preocupa sobremanera a los científicos.
Estrategias en pro de un océano saludable
En 2010, Belice prohibió la pesca de arrastre, que además de sus efectos destructivos, emite hasta 370 millones de toneladas anuales de CO2. Fue un logro alcanzado con el apoyo de la organización Oceana, que compró los últimos dos barcos que se dedicaban a dicha actividad.
Esto lo recuerda Steven Lutz, que lidera un proyecto sobre la captura de carbono azul en GRID-Arendal, quien al mismo tiempo se pregunta si las nuevas adquisiciones podrían aportar a las metas de mitigación.
El interrogante es válido, sobre todo al considerar otro estudio de 2020, que planteó que si las pesqueras limitaran sus actividades extractivas (en particular en las zonas menos rentables), se generaría una reducción en las emisiones gracias al menor consumo de combustible y a la regeneración de poblaciones piscícolas.
Sin embargo, cualquier estimación de la contribución de peces o ballenas al flujo de carbono azul requiere la cuantificación precisa de la biomasa actual y de la tasa a la cual el carbono se transporta a las profundidades del océano, algo aún lejos de concretarse.
Un trabajo adicional sobre el tema remarca que “los peces proveen otros beneficios a las personas (nutrición, biodiversidad, y valores culturales, recreativos y comerciales)”, que también deberían considerarse a la hora de tomar decisiones de manejo.
En una pregunta que puede extenderse a toda la fauna marina, Paige Hellbaum Eikeland, que es investigadora del programa polar y climático de GRID-Arendal, un centro de investigación asociado a la ONU insiste: “¿Cuál es el valor del flujo de carbono con relación a factores como la comida o los ecosistemas marinos saludables?”.
Llamado de alerta: tiburones con cocaína
Precisamente en ese punto, las últimas noticias obligan a moderar el optimismo. En julio, investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz revelaron que 13 tiburones capturados frente a las costas de Río de Janeiro presentaban altos niveles de cocaína. Fue el primer hallazgo de la sustancia en esos animales, en concentraciones cien veces mayores a las encontradas en otras especies.
La principal hipótesis es la exposición a través de desechos humanos desde aguas residuales. Las consecuencias potenciales son inquietantes, dada la probabilidad de que los animales con que se alimentan estos tiburones, así como otros ejemplares comercializados para consumo, también estén contaminados.
El hallazgo de cocaína en estos ejemplares de tiburones no sorprendió a la bióloga marina Catalina Velasco: “Hay muchos casos que evidencian cómo hemos transferido a los animales del mar sustancias como antibióticos y anticonceptivos”, que no siempre se degradan y están sometidas a dinámicas de bioacumulación.
Se trata, concluye, de “señales inequívocas de cómo estamos afectando a los mares. Debemos actuar ahora para asegurar la subsistencia de toda la humanidad, porque nuestra vida depende de un océano saludable”.
Pablo Corso para SciDev.Net
 
			 
			













