El ecoturismo comunitario ha demostrado ser eficaz para mejorar la vida de miles de familias en varios paises de Latinoamérica como Bolivia, Ecuador y República Dominicana: la fórmula es combinar la conservación ambiental y la generación de empleo sostenible con el rescate cultural y la protección a la biodiversidad.
Más de 4.000 familias están alcanzando un alto grado de transformación gracias al ecoturismo, mientras aprovechan sus increíble naturleza y su acerbo cultural para generar empleos de calidad que les permitan vivir de forma sostenible, en armonía con la Pachamama y de manera muy digna.
Ecoturismo en América Latina: un medio de vida digno para muchas familias
El ecoturismo se consolida como una vía de desarrollo sostenible para miles de familias en América Latina y el Caribe. En comunidades rurales de Bolivia, Ecuador y República Dominicana, esta actividad se ha convertido en una herramienta clave para conservar la naturaleza, rescatar saberes ancestrales y crear oportunidades económicas.
Bolivia: liderazgo comunitario, gastronomía y resiliencia
En el Salar de Uyuni, uno de los paisajes más icónicos de Sudamérica, el ecoturismo está transformando la vida de familias rurales. Cristina López, reconocida entre sus vecinos por su talento en la cocina, ha recuperado recetas ancestrales y llevado su gastronomía hasta ferias internacionales. Su éxito ha inspirado a otras mujeres a formarse y emprender sus propios negocios, generando empleo y orgullo comunitario.
Por su parte, Wilfredo Veniz, pionero en mejorar la infraestructura hotelera local (su hotel fue el primero en tener baños privados), lidera hoy una asociación de emprendedores capaz de negociar colectivamente y ofrecer servicios de calidad a turistas nacionales e internacionales. Para muchos de ellos, el turismo se presenta como alternativa real frente a la migración y a actividades extractivas como la minería.
Ecuador: las mujeres son las protagonistas
En Ecuador, más de 500 familias participan en 50 emprendimientos turísticos que han mejorado notablemente sus ingresos y calidad de vida. Muchas de estas iniciativas son lideradas por mujeres, quienes han encontrado en el ecoturismo un camino hacia la autonomía económica y el liderazgo comunitario.
Gracias a estos proyectos, se conservan cerca de 80.000 hectáreas de bosques y páramos, mientras se fortalece el aviturismo, la medicina ancestral y la cosmovisión indígena. Iniciativas como la campaña Takeover en la provincia de Pastaza, situada en la Amazonía, desarrollada junto a reconocidos influencers turísticos como Jonathan Miranda o Sebastian Peña, han dado visibilidad internacional a estas experiencias sostenibles y han atraído a visitantes interesados en un turismo responsable.
República Dominicana: ecoturismo regenerativo
En el Monumento Natural Cabo Samaná, comunidades locales trabajan junto a guardaparques y autoridades para poner en marcha un modelo pionero de ecoturismo regenerativo. Estos esfuerzos buscan proteger especies en peligro y restaurar hábitats marinos y forestales.
Las actividades incluyen avistamiento de aves, ballenas y manatíes, senderismo y escalada, siempre bajo un enfoque participativo y respetuoso con el entorno. En un país que ocupa el séptimo lugar mundial en vulnerabilidad climática, este modelo refuerza la resiliencia comunitaria y muestra cómo el turismo puede convertirse en motor de conservación y desarrollo.
La iniciativa comenzó en países andinos
La apuesta de estas comunidades tiene sus raíces en 2005, cuando en Ecuador, Bolivia y Perú se puso en marcha un programa pionero de ecoturismo rural comunitario. En 2011, la metodología RUTAS «Turismo Comunitario con Calidad Sostenible» de la ONG CODESPA, impulsó más de 800 emprendimientos en 17 comunidades, beneficiando directamente a más de 4.000 familias.
La mejora en la calidad de los servicios y el aumento del 22% en los ingresos familiares marcaron un punto de inflexión en el turismo comunitario de la región. Hoy, ese legado se mantiene vivo y se multiplica en nuevas iniciativas que refuerzan la identidad cultural, promueven la equidad de género y priorizan la conservación de los ecosistemas.
La equidad de género es uno de los pilares de estos proyectos. Muchas mujeres rurales han pasado de ser mano de obra invisible a liderar emprendimientos turísticos, generar ingresos propios y participar en la toma de decisiones de sus comunidades. A su vez, los jóvenes reciben formación en competencias digitales y de gestión, lo que les permite acceder a nuevas oportunidades y asegurar la continuidad de estas iniciativas en el futuro.
Políticas y alianzas comunes
Nada de esto sería posible sin alianzas sólidas entre comunidades, empresas, gobiernos y organizaciones locales e internacionales. El apoyo de entidades como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Fundación «la Caixa» o Critical Ecosystem Partnership Fund (CEPF) ha sido decisivo para consolidar modelos turísticos inclusivos y sostenibles.
Detrás de cada experiencia hay un trabajo constante de acompañamiento y formación. Desde hace casi dos décadas, CODESPA impulsa proyectos de turismo sostenible en Iberoamérica, África y Asia. Su objetivo es que el turismo no sea solo una visita pasajera, sino una oportunidad real de desarrollo para quienes lo hacen posible. Hoy, miles de familias confirman que el ecoturismo puede conservar, incluir y generar futuro.
El ecoturismo es una fórmula que las mujeres y los jóvenes latinoamericanos han descubierto como modelo ideal y eficaz de empleo inclusivo y digno, que a la vez protege ecosistemas únicos, mientras ofrece alternativas reales de trabajo frente a la pobreza y la emigración. ECOticias.com