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domingo, junio 11, 2023

Los ecosistemas acuáticos perjudicados por el aceite de palma

Servicios ambientales como disponibilidad de alimentos y calidad del agua también se verían afectados. En América Latina faltan estudios sobre el impacto de este monocultivo en ecosistemas acuáticos. Impacto ambiental de la palma de aceite trae consecuencias negativas a las comunidades campesinas.

Nefastos efectos

Los ecosistemas acuáticos perjudicados por el aceite de palma. Las plantaciones de palma de aceite cerca de ríos y arroyos podrían deteriorar seriamente el hábitat de estos ecosistemas y afectar servicios ambientales como la disponibilidad de alimentos y el mantenimiento de la calidad del agua.

Diversas investigaciones responsabilizan a la expansión de la palma aceitera de propiciar deforestación y pérdida de biodiversidad.Además de la degradación de turberas, altas emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación hídrica.

Especies acuáticas perjudicadas

Un estudio realizado en la cuenca de Usumacinta, en la frontera entre México y Guatemala, en cultivos de palma de aceite situados a 500 y 3.000 metros de distancia de cuerpos de agua, identificó que esta proximidad podría tener efectos negativos para las especies acuáticas y alteraciones en los ciclos bioquímicos del agua a causa del uso de agroquímicos.

“Vimos que hay deforestación y que el monocultivo está muy cerca de los sistemas acuáticos, esto es una alarma porque podría impactar en la salud de los ecosistemas”, señaló a SciDev.Net vía Zoom, Vera Camacho Valdez, investigadora del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), en México, y autora principal del estudio publicado en Plos One.

Especies endémicas

Con su equipo de investigación, la académica realizó un análisis espacial para mapear la actual extensión de la palma aceitera y el cambio de uso de suelo en la cuenca de Usumacinta, una región ampliamente estudiada que se caracteriza por ser un importante reservorio cultural, hidrológico y biológico y por tener una gran variedad de especies endémicas de peces.

Los autores señalan que en la región mexicana, la palma comenzó a expandirse rápidamente en la última década por el impulso de políticas gubernamentales, inversiones internacionales y la presencia de grandes áreas aptas para este cultivo. Y que hoy, al menos el 50 por ciento de las plantaciones se encuentra cerca o muy cerca de cuerpos de agua.

Sostenibilidad

“Como los cultivos de palma recién están empezando en esta parte del país, creemos que este tipo de análisis puede ayudar a transitar hacia un manejo sustentable”, señala Camacho Valdez y enfatiza que el manejo debería incluir la siembra en paisajes que ya han sido modificados y no donde aún existe selva.

“Estos trabajos sirven para resaltar la importancia de los ecosistemas. Y la información se puede trasladar a Argentina con el monocultivo de la soja. O a Colombia con la expansión de la palma africana. Para alcanzar una producción más sustentable lo primero es conservar los ecosistemas aledaños a los cultivos. Y en el caso de Usumacinta es la selva y los ecosistemas acuáticos”, asegura.

Colombia

Lo mismo opina Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, entidad no gubernamental que lleva más de una década de trabajo en proyectos de monitoreo y conservación de los paisajes naturales y sociales en Colombia.

“Hoy por hoy el tema de la palma no se puede medir solamente en el tema de la deforestación. Se tiene que medir también en el impacto sobre otras coberturas naturales”, asegura Botero, quien no participó en el estudio de Usumacinta.

Por ejemplo, en su país, algunas sabanas de la región de los Llanos Orientales tienen un proceso muy fuerte de cambio de uso del suelo. Y el mismo no ha sido lo suficientemente registrado porque no se trata de bosques. En este sentido, Botero sostiene que es importante avanzar en el estudio de los impactos de las aguas superficiales.

Ecosistemas acuáticos

“Hay una práctica muy recurrente a ocupar ecosistemas acuáticos, en particular a desecar áreas de lagos, lagunas, ciénagas y meandros abandonados. Todos estos cuerpos de agua que además tienen una condición de grandísima fertilidad por la cantidad de materia orgánica y el tipo de sedimentos que cargan”, asegura.

Estas intervenciones en las llanuras aluviales fluviales, como lo son la Cuenca de Usumacinta y las sabanas de Colombia, afectan los servicios ambientales. Entendidos como los beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas. El estudio que lidera la investigadora de ECOSUR señala que estos impactos pueden causar una importante disminución en el suministro de servicios ecosistémicos. Los que resultan vitales para las comunidades locales.

El trabajo señala que, aunque el cultivo de palma aceitera se vincula con la generación de recursos económicos para las poblaciones locales. También se han identificado impactos sociales negativos con serias implicaciones para la seguridad alimentaria de las comunidades rurales, la concentración de la tierra, la pérdida de ingresos y acceso a los recursos naturales.

Los ecosistemas acuáticos perjudicados por el aceite de palma.

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