Restaurar los ecosistemas significa favorecer la recuperación de aquellos que hayan sido degradados o destruidos, así como conservar los que todavía siguen intactos. Disponer de ecosistemas más saludables, con una biodiversidad más rica, aporta mayores beneficios tales como suelos más fértiles, mayor disponibilidad de recursos como la madera o el pescado, y mayores reservas de gases de efecto invernadero.
La restauración puede producirse de varias formas entre las que se cuentan, por ejemplo, plantar de forma activa o eliminar las presiones que afectan a la naturaleza para que pueda recuperarse por sí sola.
Se pueden restaurar todo tipo de ecosistemas, incluidos los bosques, la tierra agrícola, las ciudades, los humedales y los océanos. Casi cualquier persona puede poner en marcha iniciativas de restauración, desde gobiernos y organismos para el desarrollo hasta empresas, comunidades y particulares; esto se debe a que las causas de la degradación son numerosas y variadas, y pueden tener un impacto a diferentes escalas.
Restauración de ecosistemas degradados en México
México presentó este miércoles el Programa Nacional de Restauración Ambiental 2025–2030 (PNRA), que busca restaurar el 30 % de los ecosistemas degradados del país en los próximos cinco años, una meta que las autoridades mexicanas califican de urgente y un acto de justicia.
El plan fue anunciado durante la Cumbre por la Restauración de los Ecosistemas de México, organizada por la Alianza Mexicana por la Restauración de Ecosistemas (AMERE), en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La titular de Medio Ambiente en México, Alicia Bárcena Ibarra, aseguró que la restauración es un “acto de justicia ambiental” y una causa impostergable que debe asumirse de manera colectiva.
“La palabra clave del sector ambiental en esta Administración es restauración […] es una causa impostergable poder restaurar los ecosistemas y tener justamente ese derecho a un medio ambiente sano”, señaló Bárcena. Además, la funcionaria recordó que México es uno de los 17 países megadiversos del planeta, al concentrar el 12 % de la biodiversidad global y contar con más de 170 ecosistemas, incluidos manglares, selvas tropicales y bosques templados.
El PNRA contempla comenzar en 2025 con 50 sitios prioritarios de restauración y añadir 28 sitios más en 2026. En el corto plazo, se buscará restaurar el 5 % de los ecosistemas costeros y marinos, 800 hectáreas de parques y bosques urbanos y 26.000 hectáreas de ecosistemas forestales.
Para 2030, las metas se amplían a 1.500 hectáreas de espacios urbanos y 100.000 hectáreas forestales. El programa también pretende recuperar cuatro cuencas prioritarias (Tula, Lerma-Santiago, Atoyac y Río Sonora), dos presas (Endhó y El Zapotillo) y decretar como Áreas de Prosperidad Marina diez sitios del Golfo de California. Así mismo, el plan presentado por la Semarnat plantea la meta de contribuir a reducir el 35 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre los retos clave del plan se encuentra el establecer sistemas comunitarios de vigilancia ambiental en el 100 % de las acciones, fortalecer la gobernanza local y garantizar el financiamiento suficiente y sostenido. María José Villanueva Noriega, subrayó que “restaurar es también reconstruir el tejido social” y que el programa PNRA puede ser un eje de transformación nacional si se asegura la inclusión y se priorizan los territorios más vulnerables.
El PNRA se construyó con la participación de más de 100 actores de la sociedad civil, comunidades indígenas y afromexicanas, sector privado, autoridades estatales y la academia. El plan establece cinco líneas estratégicas: restauración con enfoque humanista, coordinación institucional, atención a las causas de la degradación, fortalecimiento de capacidades locales y un modelo de financiamiento con monitoreo participativo. EFE / ECOticias.com
