Las mujeres indígenas tienen mucho que decir, sobre todo en cuestión de efectos del cambio climático, los derechos humanos y la justicia social. Es la reflexión lanzada en alto en el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) donde se acaba de publicar el nuevo informe global “Beijing +30: Mujeres Indígenas en Acción”.
Un trabajo donde se recogen las consecuencias y el impacto positivo que traen consigo estas mujeres para todo lo relativo a la regeneración ambiental, la justicia económica y la sanación colectiva.
Mujeres de colectivos indígenas que han logrado numerosos avances en la integración de la igualdad de género, defensa de los pueblos o el conocimiento tradicional en políticas regionales.
El papel clave de las mujeres indígenas
Ignorar el liderazgo de las mujeres indígenas es «desperdiciar algunas de las soluciones más efectivas y sostenibles para enfrentar las crisis climáticas, de derechos humanos y de justicia social que hoy amenazan al mundo», destaca este viernes el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) al publicar el nuevo informe global “Beijing +30: Mujeres Indígenas en Acción”.
El documento, presentado en Lima, revela el impacto positivo que suponen las mujeres para la regeneración ambiental, la justicia económica y la sanación colectiva, pero también la situación crítica que estas continúan viviendo en el mundo.
Entre los logros alcanzados por las mujeres indígenas, sobresalen las acciones en territorios como el Ártico, por la integración de la igualdad de género y el conocimiento tradicional en políticas regionales, así como la defensa de los pueblos sami e inuit.
En África son el liderazgo de las mujeres indígenas en cambios políticos y sociales, los procesos de construcción de paz, las políticas contra el matrimonio infantil y a favor de la educación de las niñas, así como la reciente elección de concejalas en Uganda, un hecho considerado transformador que cambia las estructuras de poder desde la base.
En América Latina, se menciona la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas en Brasil, la participación de mujeres indígenas colombianas en el Acuerdo de Paz de 2016 y el trabajo de las jóvenes mujeres peruanas intérpretes del idioma quechua, que reducen barreras lingüísticas en los tribunales.
Al referirse a Asia, subraya la implementación de la Ley de Derechos de los Pueblos Indígenas, la traducción de la Recomendación General 39 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), adoptada en 2022 por la asociación de mujeres indígenas de Malasia (Pwoam), y el Tratado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) sobre Conocimientos Tradicionales (2024), para proteger los saberes ancestrales frente a la biopiratería.
En la zona del Pacífico, es su liderazgo en soluciones innovadoras frente a la crisis climática y por el reconocimiento de sus cosmovisiones, lo que también se refleja en el desarrollo del innovador modelo Power Systems para la construcción de resiliencia comunitaria en la región.
Estos resultados conviven a su vez con la violencia sistemática que continúan sufriendo las mujeres indígenas, como -según menciona el documento- la crisis en Canadá, con más de 4.000 mujeres y niñas indígenas desaparecidas o asesinadas, y la desprotección legal global, con solo 24 Estados que han ratificado el Convenio 169 de la OIT sobre derechos territoriales.
El informe se nutre de las contribuciones directas de mujeres y jóvenes indígenas de África, Asia, el Pacífico, América y el Ártico, quienes trabajan en soluciones y estrategias efectivas para proteger sus territorios, culturas y formas de vida.
Sus propuestas, que responden a desafíos locales, también pueden ser adaptadas y replicadas en distintos contextos del mundo, un conjunto de acciones que ya se está llevando a cabo con resultados favorables pese al contexto de violencia sistemática en que se encuentran, y la escasa financiación, que llega a un 1,4 % de la destinada a mujeres y niñas a nivel global.
Al respecto, la directora ejecutiva de FIMI, la guatemalteca Teresa Zapeta, representante del pueblo maya kaqchikel, enfatiza que «hablar de justicia climática es también hablar del acceso al financiamiento directo para mujeres indígenas».
«Queremos ser parte de la toma de decisiones, y eso debe ocurrir si queremos cambiar el mundo tal y como es ahora. Si queremos transformar la crisis global que vivimos actualmente, tenemos que tener mujeres en los organismos de toma de decisiones a todos los niveles», añade al respecto la filipina Joan Carling, del pueblo kankanaey.
El nuevo informe global «Beijing +30: Mujeres Indígenas en Acción», se ha presentado en el encuentro del 25 aniversario del FIMI, que se celebra en el marco del trigésimo aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, haciendo de antesala para la COP30. EFE / ECOticias.com