La diminuta Isla de Pascua (Chile) es el lugar habitado más remoto del mundo y la sede de uno de los mayores enigmas históricos. Su aislamiento geográfico es extraordinario, a más de 2.000 kilómetros del punto habitado más cercano, lo que le ha permitido tener una historia ambiental y cultural muy peculiar y todavía bastante desconocida.
Sin duda, no es menos sorprendente el descubrimiento de que la isla famosa por sus enormes estatuas o moais y a día de hoy tapizada por praderas de gramíneas, habría estado cubierta de bosques de palmeras que desaparecieron súbitamente, lo que produjo un cambio radical en la historia ecológica y cultural de la isla.
Para colmo, su ubicación en el sur este del océano Pacifico y a merced de varias corrientes marinas, la hace depositaria de millones de toneladas de residuos plásticos que cada año llegan a sus costas y las contamina.
Recuperar y proteger el ecosistema en la Isla de Pascua
El gobierno de Chile lanzó recientemente un plan que integra conocimiento científico y saberes ancestrales con el objetivo de proteger el ecosistema marino de la isla de Pascua, uno de los más afectados del planeta por la contaminación de plásticos.
“Este es un hito histórico, ya que hemos logrado un acuerdo para que las áreas protegidas de la isla gestionen su conservación en equilibrio con las actividades que el pueblo de la Isla de Pascua ancestralmente ha desempeñado”, explicó el Subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, sobre el Plan de Manejo Integrado publicado este viernes en el Diario Oficial.
La iniciativa, elaborada junto a la comunidad de Rapa Nui (Isla de Pascua), nombre indígena con el que se conoce a esta recóndita isla ubicada en medio del Océano Pacífico, busca restaurar y mantener la salud del área marina protegida más amplia de Latinoamérica.
Además, se propone promover el uso sostenible de recursos, fomentar la educación ambiental y fortalecer la soberanía del territorio marino del pueblo de Isla de Pascua, situada a 3.700 kilómetros de las costas chilenas.
“Era muy importante para nosotros aprobar el Plan de Manejo Integrado de las Áreas Marinas Protegidas de la Isla de Pascua. Estoy contento, feliz de poder ya contar con él y espero mostrárselo a toda la comunidad ahora que ya está oficializado”, celebró el líder del órgano de gobernanza comunitario Mesa del Mar, Koro Felipe Nahoe.
Con una superficie de 870.000 kilómetros cuadrados que abarcan la zona de uso ancestral exclusiva para el pueblo rapanui y el área oceánica remota del Parque Nacional Motu Motiro Hiva, las aguas protegidas de la Isla de Pascua albergan un gran valor natural, económico y cultural.
Entre las especies que le confieren su alto endemismo (distribución de una especie limitada a un ámbito geográfico reducido) se encuentran el atún de aleta amarilla, el pez kana-kana, tortugas marinas, tiburones, cetáceos y corales de aguas profundas, variedades que representan un pilar espiritual y de subsistencia para la comunidad isleña, pero que actualmente se ven amenazadas.
El grave problema de la contaminación por plásticos
Uno de los principales desafíos que enfrenta el entorno marino dela Isla de Pascua es la contaminación, ya que cada año llegan a sus costas 4,4 millones de objetos de basura, según un estudio de la Universidad Católica del Norte, generados por países ribereños de América y Asia.
Ante esta situación, el Plan de Manejo Integrado plantea medidas como la regulación del turismo y el establecimiento de límites de carga de las embarcaciones o la regulación de la pesca, además de monitoreos de la biodiversidad, la protección de especies emblemáticas y amenazadas, y el control y erradicación de especies invasoras.
Por otro lado, desarrollará actividades de educación ambiental y transmisión cultural, fomentará la investigación, tanto científica como ancestral, rescatará y aplicará prácticas culturales tradicionales más respetuosas con el ecosistema marino e impulsará la fiscalización comunitaria.
Este programa se aprueba tras siete años de trabajo conjunto entre más de veinte instituciones, universidades y organizaciones locales y estatales que empezaron en 2018 con un primer diagnóstico y recopilación de información biocultural, siguieron con trabajo técnico y consultas al pueblo rapanui, y culminaron este viernes con su presentación oficial.
“Ahora, el gran desafío es que este plan sea implementado, para hacer cada vez más efectiva la necesaria protección de estas áreas marinas protegidas”, concluyó el Subsecretario del Medio Ambiente. EFE / ECOticias.com