No es la pretensión de estas líneas abordar en detalle todas las incidencias que se deriven del «culebrón veraniego»: la suspensión del concurso eólico. Por ello no se analizarán aquí ni las aparentemente numerosas y graves carencias legales de la normativa aprobada por el anterior gobierno de la Xunta, ni tampoco el heterodoxo camino ahora atípicamente elegido para suspender aquel proceso ya en marcha y que a esta fecha ya habría podido generar derechos y obligaciones. Pero sí que se pretenden apuntar unas observaciones de urgencia acerca de lo poco que hasta ahora parece claro en el futurible marco jurídico del sector eólico: la creación de un nuevo gravamen que se ha venido en llamar «canon». De lo contemplado en el anteproyecto de ley que lo crea, cabe señalar lo siguiente:
La eólica tendrá que luchar contra los elementos tributarios
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