Tras la retirada de los generosos subsidios federales a la energía eólica en Estados Unidos, la industria ha conseguido avanzar, pese al boom energético de la fractura hidráulica.
La capacidad instalada de energía eólica en EEUU ha crecido exponencialmente y las previsiones es que a finales de año se llegue a los 66.000 megavatios. Ello supondría el 4% de la producción eléctrica en todo el país. Las previsiones del Departamento de energía hablan de superar el 5% en el 2015.
En el año 2013, año anterior a la retirada de los subsidios, se inició la construcción de proyectos eólicos que generaran 12000 vatios, según datos de la America Wind Energy Association. Unos proyectos que han demandado la incorporación de profesionales formados en un y con experiencia en el campo de las energías renovables.
Los subsidios federales representaban un descuento al kilovatio/hora producido durante los diez primeros años de operaciones. El más conocido era el Fiscal de Producción (PTC) que expiró a finales del año pasado y ofrecía un descuento de 2,3 centavos de dólar. Según Michael Webber, del Energy Institute de la University of Texas en Austin, el sector de la energía eólica ha ya había crecido y era hora de replantearse este cuantioso subsidio.
La supresión de la ayuda pública es un obstáculo para las empresas. La española Gamesa decidió cerrar la planta de producción de palas de trabinas en Pensilvania, ante la incertidumbre en el sector y como modificación en su estrategia de cadenas de suministro. Gamesa llegó a Estados Unidos en el 2005, y el cambio le permite mantener el coste de la energía bajo para sus clientes.
La retirada de los subsidios coincidió con el boom de la energía de la fractura hidráulica, que ha impulsado la producción y utilización doméstica para generar electricidad de petróleo y sobretodo de gas. El abaratamiento notable en los costes energéticos amenaza con dejar en nada los esfuerzos dedicados a los proyectos en energías limpias como la eólica o la solar. Los proyectos eólicos están en riesgo en más de 30 estados del país. A la competencia de la energía por fractura hidráulica se añade el desarrollo de la offshore, la energía eólica marina, que se ha iniciado de forma experimental en la costa este, en Oregón. De hecho, Washington se ha marcado como objetivo que el 4% del 20% de la electricidad generada por las eólicas, provenga de las plantas eólicas costas afuera.
Fuente: EducaciOnline
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