China está avanzando a pasos agigantados en la meta de la transición energética, lo que sin duda es una gran noticia para el país y para nuestro planeta, sin embargo no todos corren con la misma suerte. Una tecnología que se estaba volviendo muy popular parece que no está dando los resultados esperados en Occidente a pesar de que en China va de maravilla, pero ¿Cómo es posible esto?
Misma idea, diferentes resultados
Las energías renovables son la esperanza para salvar a nuestro planeta de la contaminación, por lo cual, cada vez son más los países que apuestan por ellas, especialmente por la energía eólica que permite convertir el viento en electricidad.
La energía eólica, es vista como la gran esperanza para un futuro más limpio, sin embargo enfrenta una crisis en Occidente. Europa y Estados Unidos están luchando contra una tormenta de problemas administrativos, económicos y políticos, mientras el gigante asiático sigue triunfante.
Según los reportes del mercado, el gigante asiático es el único responsable del crecimiento global de la energía eólica, pero excluyendo a China de la ecuación, la expansión del mercado no solo se detuvo en 2024, sino que se contrajo un 16%.
La tormenta perfecta en Occidente
En Europa, la situación es cada vez más tensa. La patronal del sector, WindEurope, ha dado la voz de alarma al anunciar que la industria se vio obligada a recortar un 16% sus objetivos de instalación para 2025, una señal clara de los serios problemas que enfrenta el continente.
Los permisos se han convertido en un verdadero dolor de cabeza, de hecho, países como España no han celebrado subastas desde 2022, y el resto de los 26 países de la Unión Europea no logran aprobar los permisos en el plazo reglamentario de 24 meses.
A esta situación se suman los problemas logísticos y de infraestructura. Los proyectos se paralizan porque no hay suficiente capacidad en las redes para conectar la energía que se produce, creando cuellos de botella que detienen el avance.
Las dificultades financieras también complican el panorama, con la inflación disparando los precios de los componentes y la escasez de barcos y puertos adecuados para manejar los enormes aerogeneradores, especialmente en la industria eólica marina.
Todo esto ha creado una tormenta perfecta que frena la expansión de la energía renovable justo cuando más se necesita y al otro lado del Atlántico, Estados Unidos enfrenta los mismos desafíos, sin embargo, están apostando por una tecnología diferente que parece un hermoso piano.
El viento sopla a favor de China
Pero mientras el resto del mundo enfrenta esta crisis, China se consolida como el líder indiscutible, de hecho el país asiático acapara aproximadamente el 75% de todas las nuevas instalaciones de energía eólica marina en 2025.
Pero ¿Por qué a China le está yendo tan bien? Bueno, si lo analizamos, la verdad es que el éxito no es ninguna casualidad, sino el resultado de una estrategia de apoyo total del Estado que le ha dado a sus fabricantes una ventaja insuperable.
Mientras que los proyectos en Europa y Estados Unidos se enfrentan a interminables retrasos, en China, las autorizaciones se hacen de forma ágil y eficiente. El gobierno ha creado una vía rápida para la aprobación de permisos, eliminando los cuellos de botella que paralizan a sus competidores.
A esto se suma un sólido apoyo financiero del gobierno, que ofrece préstamos a tasas de interés muy bajas. Este respaldo económico les permite a las empresas chinas invertir de forma masiva y expandirse a gran escala sin las preocupaciones financieras que sí enfrentan sus rivales.
Y por si fuera poco, China tiene control absoluto sobre la cadena de suministro. El país domina la producción de los componentes esenciales, lo que no solo le permite ofrecer precios significativamente más bajos que sus competidores, sino también una mayor rapidez en la entrega de sus pedidos.
China se ha convertido en el líder de la energía eólica, mientras el resto del mundo lucha con la burocracia, los problemas económicos y los retrasos. Si esta situación no cambia, el camino hacia la transición energética podría volverse mucho más complicado, por lo que es de suma importancia que los otros países comiencen a ver a China como un ejemplo a seguir, aunque también hay algunas excepciones como Francia que está construyendo un parque eólico impresionante.