Nuestro planeta está lleno de recursos muy valiosos, unos más comunes y otros más escasos o raros, sin embargo, China parece estar quedándose con todo. Sabemos que China es un país muy poderoso, pero ahora podría serlo aun más, pues se ha apoderado de un nuevo elemento que es bastante escaso y raro, pero muy importante y al parecer tiene una estrategia muy polémica.
Una guerra por los recursos
La competencia entre los países parece crecer todos los días, sobre todo por quien es más rico y poderosos, y ahora se ha desatado una nueva guerra. No se trata de un conflicto por el petróleo o el gas, sino por los minerales raros que son esenciales para la tecnología.
Estamos presenciando una guerra de los minerales y China acaba de lanzar un golpe maestro al apoderarse de un elemento que, aunque desconocido para la mayoría, es vital para la seguridad y la economía global.
El protagonista de este conflicto es el germanio, un metal imprescindible para la industria de defensa, pues se utiliza en prácticamente todo, desde los sistemas de visión nocturna de los cazas hasta los satélites e incluso para las fibras ópticas que sostienen internet.
El gigante asiático es quien domina su producción, pero ahora ha restringido las exportaciones de manera drástica, dejando a los comerciantes y a las industrias de Occidente en una situación desesperada, pero al parecer todo es parte de una estrategia.
China tiene una estrategia muy polémica
La ambición de China siempre ha sido enorme y siempre busca extender su influencia con planes ambiciosos, pero ahora su estrategia es ser imprescindible y el control del germanio es parte de una táctica mucho más amplia para dominar toda la cadena de suministro de minerales críticos.
A modo de ejemplo, aunque el gigante asiático solo posee el 4% de las reservas mundiales de cobre, controla casi la mitad de su refinado global y este mismo patrón se repite con otros metales como el tungsteno, del que controla el 83% del suministro mundial.
Básicamente Pekín está construyendo un «cuello de botella intencional» en la cadena de suministro, controlando el procesamiento de los metales para condicionar el acceso global a los minerales más importantes.
Pero a pesar de su ambición, hay que recordar que su poder no es absoluto, pues China depende de importar concentrados de países como Chile, Perú o México. Si alguno de esos socios cambia de posición, Pekín se arriesga a un corte de suministros vitales.
La reacción de Occidente
Ante el bloqueo, los grandes consumidores de germanio se mueven a contrarreloj. En Estados Unidos, el gigante de defensa Lockheed Martin firmó un acuerdo directo con la surcoreana Korea Zinc para asegurarse el suministro, algo que nunca había hecho.
La empresa LightPath Technologies, con el apoyo del gobierno, está buscando otras opciones, aunque su director, Sam Rubin, dijo claramente que nadie cambiará un sistema que ya funciona a menos que no quede otra opción.
En Alemania, el gobierno ya avisó que si el problema del germanio sigue, muchas de sus fábricas podrían pararse en pocas semanas. Incluso la Cámara de Comercio de Europa le ha pedido a China que vuelva a vender el material para que sus fábricas de chips puedan seguir trabajando.
La situación se complica aún más por lo que sucede con Rusia, pues por muchos años, Rusia fue una de las principales fuentes de germanio para Estados Unidos y Europa, sin embargo, por las sanciones que se le impusieron por la guerra, ahora casi no les vende este material.
Ahora Rusia le vende a China y a otros países que no tienen sanciones en su contra, lo que ha provocado que Estados Unidos y Europa pierdan otra forma de conseguir germanio justo en el peor momento y que el control del gigante asiático sobre el mercado sea todavía más fuerte.
Sin duda la situación será muy compleja para los otros países, pues aunque hay países como Australia que viven en una utopía, no podemos negar que China se vuelve cada vez más poderosos. Vivimos en un mundo cada vez más electrificado y militarizado, así que, nos guste o no, quien controle los minerales críticos, controlará el poder y tendrá una ventaja decisiva en esta guerra global.