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Esto podría darle una segunda oportunidad al mundo: Convierte en energía aquello que despreciamos

Publicado el: 4 de septiembre de 2025
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Necesitamos energía. Y cuánta más mejor. Ya es de público conocimiento que los combustibles fósiles son finitos y contaminantes. Si bien han demostrado su valía durante décadas, ya no es posible recurrir a ellos con la misma cotidianeidad. Científicos, empresas y gobiernos de todo el mundo trabajan para encontrar nuevas formas de energía renovable, más allá de la eólica y solar. Una de ellas se encontró en el calor generado por el cuerpo humana, una fuente que ya se tiene en cuenta en espacios como trenes o metros. Sin embargo, hay otra aún más singular y extraña.

La solución a la falta de energía podría estar mucho más cerca de lo que pensamos

Tras encontrarse el Santo Grial de energía en Corea, ha salido a la luz un nuevo tipo de energía. Se extrae de aquello que despreciamos: los residuos alimentarios. Después de comer, comenzaremos a revisar qué descartamos y qué no.

Una compañía francesa ha creado un sistema que extrae un 99,7% de materia orgánica pura a partir de residuos alimentarios, disminuyendo a la mitad el coste del tratamiento de biorresiduos y produciendo biogás localmente. Algo que se ha visto como basura por un largo tiempo podría ser justo lo que necesitaba el ser humano para salir adelante en términos energéticos.

BioVALO permite la extracción de contenidos orgánicos de alta calidad, tomando como referencia restos alimentarios domésticos y rechazos de producción industrial. Tiene un diseño modular y escalable que la transforma en una solución adaptable en diversos contextos.

Puede utilizarse en municipios que gestionan residuos domésticos, grandes empresas agroalimentarias o minoristas que pretenden optimizar su impacto ambiental. Como método integral, hace un mix entre tecnologías complementarias desarrolladas con compañías aliadas. No se limita al reciclaje básico.

Toma las funciones de pretitura, mezcla, separación de envases y refinación de residuos. Además, deja los materiales orgánicos preparados para su valorización. Sumado a esto, los envases se lavan, drenan y secan, facilitando su reciclaje posterior.

Crean energía a partir de residuos alimentarios: Parece un sistema extraño, pero podría funcionar

Esta sinergia tecnológica transforma residuos hasta ahora problemáticos en una fuente útil de materia orgánica. Se los considera problemáticos porque pueden tratarse de artículos caducados o mal envasados. Su destino ya no será un vertedero o incineradora.

Estos desechos son reincorporados al ciclo de vida a través de compostaje, digestión anaerobia o producción de biogás. Lugares como Francia y Bélgica ya han visto en acción a BioVALO. Ya se ha implementado su uso en conjunto con ayuntamientos.

Decisión que ha recudido costes logísticos y mejorado los resultados en la recogida selectiva. En contextos urbanos, puede incorporarse con infraestructuras ya existentes, sin tener que construir de cero nuevas plantas de tratamiento.

Entre sus grandes beneficios, destaca el hecho de que produce biogás aprovechable. Un recurso que puede inyectarse en redes locales o usarse para autoconsumo energético en instalaciones municipales o industriales.

Bajando la necesidad de fertilizantes químicos, los sectores agrícola y hortícola acotan sus costes de insumos, ganando adicionalmente en sostenibilidad y trazabilidad.

En ubicaciones como Alemania y Países Bajos, donde se penaliza fiscalmente el vertido e incineración, tecnologías como BioVALO suponen un beneficio competitivo real en el caso de operadores públicos y privados.

Potencial de la energía procedente de residuos alimentarios

BiVALO es mucho más que una opción de reciclaje. Representa una herramienta estratégica para culminar el ciclo de los nutrientes. Tiene la capacidad suficiente para convertir los residuos en insumos agrícolas sostenibles.

Su uso puede traducirse en una importante reducción de la dependencia de fertilizantes de origen fósil. Además, impulsa redes de compostaje comunitario y producción local de biogás.

Sumado a esto, al democratizar el acceso a la tecnología avanzada para la valorización orgánica, BioVALO otorga mayor poder de decisión a municipios y comunidades rurales, antes dependientes completamente de operadores centralizados y costosos.

Definitivamente, BioVALO es una unidad clave en el esquema circular al que aspiran muchos territorios. Si esta nueva forma de energía logra integrarse con una visión estratégica podría convertirse en un catalizador de cambio, con vistas a un sistema más regenerativo, eficiente y justo. Esto podría darle una segunda oportunidad al mundo. Un objetivo que también persigue la mayor batería del mundo.