España se ha llevado una decepción histórica por el rechazo de su energía por parte de un país. Las energías renovables se han transformado en un pilar fundamental en la matriz energética del territorio español. Con abundantes recursos naturales y un compromiso fuerte con la sostenibilidad, el mundo ha visto en las fuentes de energía renovable una solución para diferentes desafíos energéticos, económicos y medioambientales.
Una de las razones por las que la energía renovable es tan importante en esta zona del mundo es la necesidad de la región de diversificar su matriz energética. A nivel histórico, España es un país que ha dependido mucho de los combustibles fósiles, especialmente del petróleo y el gas natural, un rasgo que la hace vulnerable a las fluctuaciones de precios y la volatilidad geopolítica.
La transición hacia las renovables hace posible la reducción de esta dependencia y garantiza un suministro energético seguro y sostenible para el futuro. El combate contra el cambio climático es una meta global urgente, con la que España está comprometida. Sin embargo, hay un país que no está dispuesto a ser su aliado en este objetivo, o al menos no de manera amplia.
Francia decepciona a España: no confía en su energía
Francia se niega a aumentar las interconexiones eléctricas con España más allá del cable submarino de Vizcaya. En 2015, se abrió la última conexión en el caso de España por Santa Llogaia en Cataluña y ahora ha comenzado la construcción del cable submarino del Golfo de Vizcaya. Un proyecto de 2 GW que subiría la capacidad de interconexión entre ambos países a los 5 GW.
Por ahora, Francia solo apuesta por este último proyecto, no por añadir más. Según un informe de CRE, el regulador energético francés, el homónimo a la CNMC española, el territorio no quiere realizar más proyectos de interconexión eléctrica con España más allá del ya nombrado.
“Los análisis de costo-beneficio realizados no han demostrado que los beneficios aportados por los proyectos adicionales superen los costes, en particular debido a una importante congestión en la red francesa, importantes necesidades de refuerzo de las redes ascendentes e importantes cuestiones de aceptabilidad local”, informa CRE en un reciente informe donde trata las interconexiones eléctricas galas.
El regulador francés expone que han existido reuniones entre España y Francia en las que se ha estudiado la posibilidad de otras iniciativas, pero por ahora no ven viable alguna más allá de la interconexión submarina con el País Vasco.
“La CRE considera que es apropiado tratar los diferentes proyectos uno tras otro, dándose prioridad a la finalización del proyecto Golfo de Vizcaya”, señala. Esto quiere decir que primero se centrarán en el cable submarino para tomar decisiones futuras en base a su resultado.
Interconexiones de energía entre España y Francia
Los proyectos de interconexión propuestos entre España y Francia, además de la iniciativa del Golfo de Vizcaya, son dos cables por los Pirineos: uno por Navarra y otro por Aragón. Por ahora se trata de dos propuestas de interés común para la Unión Europea, pero esto no quiere decir que Francia vaya a sacarlos adelante obligatoriamente.
Aunque un actor de la infraestructura desee que el proyecto salga adelante, si otro de los integrantes no está de acuerdo, la propuesta no prosperará. De hecho, sucedió algo parecido con el proyecto de interconexión gasista de Midcat, posteriormente renombrado STEP One.
Pese a que ambos países crearon una comisión bilateral para avanzar en las interconexiones en el pasado mes de febrero, Francia nuevamente parece estar poniendo problemas. En definitiva, España se está llevando una decepción histórica con Francia, que rechaza nuestra energía. Esta no es la única mala noticia que acecha al territorio español. Espera a ver la pérdida de la mayor oportunidad de su historia. Hay 68.000 MW en peligro.




















