Sabemos que España tiene muchas metas para cuidar nuestro planeta, comenzando por la tan ansiada transición energética, pero ahora se ha descubierto algo inesperado en una ciudad, que podría ayudar al país a alcanzar esos objetivos de una manera que nunca hubiéramos imaginado, sin embargo, hay quienes no están de acuerdo.
España tiene un gran reto
No podemos negar que España está avanzando a pasos agigantados en la meta de la transición energética, pues una gran parte de su electricidad proveniente de fuentes renovables como el sol y el viento, sin embargo el país enfrenta un desafío indiscutible.
El desafío es cómo almacenar la energía para usarla cuando estas fuentes no están disponibles, pues como ya sabemos, el sol se esconde por las noches y el viento tampoco es constante, por lo que es de suma importancia poder aprovechar los momentos en que más energía se produce y poder guardarla.
En búsqueda de soluciones, han llegado las centrales hidroeléctricas reversibles, pero ¿Qué es esto? Básicamente son centrales de almacenamiento, también apodadas las «baterías hidráulicas», ya que almacenan enormes cantidades de energía.
Aquí en donde una ciudad en la sur cobra protagonismo y se trata de Granada, donde un proyecto que lleva años en espera acaba de dar un paso crucial para su construcción, lo cual podría cambiar para siempre la historia energética de España
El proyecto es una central hidroeléctrica de 356 MW del grupo Villar Mir, con una inversión de más de 400 millones de euros y el objetivo de resolver el problema de la energía intermitente a través del almacenamiento, pero ¿Cómo funciona?
Una enorme batería de agua
El funcionamiento de la central, ubicada en los municipios de Vélez de Benaudalla, El Pinar, Los Guájares y Padul, es tan ingenioso y eficiente como este motor futurista y su sistema se basa en un ciclo de bombeo y generación.
En los momentos del día en que hay un exceso de producción de energía, por ejemplo, cuando el sol brilla intensamente, se utiliza esa electricidad para bombear agua desde el embalse a un depósito de nueva creación que estará ubicado a mayor altura.
Cuando la demanda de energía aumenta, y la producción renovable disminuye, el agua almacenada en el depósito superior es liberada y al caer pasa por turbinas que se activan con la fuerza de la gravedad, generando así electricidad limpia y renovable que se inyecta en la red.
El proyecto tendrá una capacidad de producción de 1022 GWh al año, lo cual es más que suficiente para abastecer a cientos de miles de hogares, demostrando que el potencial de este tipo de tecnología es enorme.
No todo puede ser perfecto
El proyecto acaba de lograr un hito decisivo y es la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable por parte del Ministerio para la Transición Ecológica, un hito que llevaba años de espera y que se suma a la concesión de agua de la Junta de Andalucía, otorgada en 2020.
Pero como no todo puede en la vida puede ser perfecto, la central de Los Guájares no está libre de críticas, de hecho, una de las voces más fuertes en contra del proyecto es la de la diputada Alejandra Durán, de Por Andalucía, quien ha advertido de los riesgos medioambientales.
Según sus denuncias, la obra podría provocar erosión, deslizamientos de tierra y una seria afección a especies protegidas de la zona, como el águila real o el buitre leonado, además hay preocupación porque se tendrían que talar miles de árboles y de cierta forma se les quitaría agua a los agricultores de la región.
La situación nos hace ver que a pesar del avance España enfrenta un gran desafío y es cómo encontrar un equilibrio entre la necesidad urgente de energía, el respeto a naturaleza y los derechos de los ciudadanos, pues solo cuando se logre ese equilibrio podremos decir que el país realmente ha cumplido sus objetivos y mientras eso sucede Corea se está despidiendo del petróleo.