Muchos países tienen la meta de transicionar a energías más limpias y para lograrlo terminan invirtiendo en grandes proyectos, pero lamentablemente estos fracasan. Las energías limpias son un mundo enorme, pero existe un tipo de proyecto en particular que no ha dado resultado y los países han perdido inversiones millonarias, y curiosamente España tomará el mismo camino porque cree tener la solución.
La meta de la transición energética
La carrera por la energía renovable ha sido, en muchos casos, un camino de frustraciones y costos altísimos. A lo largo del mundo, gobiernos y empresas han invertido miles de millones de dólares en proyectos de energía termosolar, pero se han topado con problemas de eficiencia y costos.
Básicamente esta energía, utiliza el sol para calentar un fluido y generar electricidad, pero a pesar de ser una energía limpia se ha mantenido en un segundo plano, eclipsada por la energía eólica y fotovoltaica, ya que se considera una apuesta muy arriesgada.
Pero España parece estar decidida a apostar por ella. Con 49 plantas ya en operación, el país se ha convertido en una referencia mundial en la materia, pero también ha sido testigo de los desafíos que enfrenta la industria.
Recientemente un apagón en el país, puso en evidencia una debilidad crucial del sistema y es la falta de centrales que, además de generar energía, ayuden a mantener estable la red eléctrica y España cree que la termosolar es la solución.
España apuesta por la energía termosolar
Hace poco España decidió darle una puñalada al petróleo y ahora está decidida a apostar por la energía termosolar con un nuevo proyecto podría ser la respuesta a todos estos problemas, pero ¿Realmente es rentable?
Al parecer podría serlo y la clave para que funcione de verdad es un proyecto llamado CSP 2.0 liderado por las empresas Protermosolar, Ciemat y Cener, pero en lugar de construir una sola torre gigante y compleja, ahora usan un sistema de varias torres más pequeñas.
Cada torre produce 30 MW y gracias a este sistema el diseño es mucho más sencillo y, sobre todo, mucho más económico de construir. Es como pasar de un solo rascacielos enorme a un grupo de edificios más pequeños y fáciles de levantar.
La idea es usar mejor los heliostatos (los espejos que captan la luz del sol) para aprovechar al máximo la energía solar, así se aprovecha al máximo cada rayo de sol que llega, lo que permite que las plantas generen más electricidad que antes.
La clave para un sistema estable
La gran ventaja de esta energía y la razón por la que CSP 2.0 podría ser la pieza que falta, es su capacidad para aportar firmeza a la red eléctrica, pues a diferencia de la energía eólica o fotovoltaica, que son intermitentes, las centrales termosolares son síncronas.
Pero ¿qué significa eso? Básicamente que además de generar electricidad, contribuyen a mantener estables la frecuencia y la tensión de la red, algo vital para evitar apagones, como el que sucedió recientemente.
De hecho, el proyecto busca usar la energía fotovoltaica cuando el sol brille y que la energía termosolar entre en acción por la noche, asegurando así un suministro constante y seguro las 24 horas del día ¡una combinación perfecta!
España avanza hacia la transición energética
España ya tiene 49 plantas de energía solar térmica que, en total, generan 2300 MW y que han demostrado ser muy efectivas, ya que en 2024, el 25% de la electricidad que produjeron se usó por la noche, cuando ya no había sol.
El problema es que solo el 40% de esa energía se puede almacenar, lo que muestra que hay mucho espacio para mejorar, así que el proyecto CSP 2.0 busca resolver este problema. Su meta es construir nuevas plantas y hacer que las que ya existen puedan almacenar más energía.
No podemos negar que es una iniciativa bastante ambiciosa y arriesgada, pero también es una oportunidad para que España lidere el camino hacia un modelo energético más sostenible y seguro, demostrando que la energía termosolar es una tecnología probada y lista para ayudarnos en la transición energética. Y si quieres saber más sobre los avances de España, acá te contamos que han dicho adiós a los cascos.