Existe una isla que está ganando popularidad por momento. Se está convirtiendo en el foco de un experimento que puede dar lugar a nuevos escenarios energéticos. Dia a día, un grupo de personas se dedica a engordar a 850 000 para utilizar el estiércol que dejan.
El ser humano está inmerso en una profunda búsqueda de opciones sostenibles y eficientes a los combustibles fósiles. Durante esta exploración, es vital diversificar las fuentes de energía renovable más allá de lo convencional (solar y eólica).
Si bien los paneles solares y los aerogeneradores han demostrado ser cruciales en la transición energética, aún se topan con retos propios de su energía. Por ejemplo, la intermitencia y la dependencia a condiciones climáticas determinadas.
El estiércol puede llevarnos más lejos de lo que nunca imaginamos
Tras comunicarse que el estiércol de vaca alimenta una planta de energía renovable, ha salido a la luz lo que está pasando con el país insular Japón. Ante la búsqueda incesante de nuevas formas de energía, este territorio de Asia Oriental se ha propuesto convertirse en el líder de la innovación energética.
Su plan es instaurar iniciativas pioneras para lograr un mayor número de fuentes de energía limpia a partir de elementos desaprovechados. Un ejemplo llamativo es el que se está llevando a cabo en la ciudad de Shikaoi, ubicada en la isla de Hokkaido, al norte del país.
Se está convirtiendo el estiércol de vaca en hidrógeno. Brinda así una solución energética sostenible y, al mismo tiempo, aborda el problema de la gestión de residuos agrícolas. Con esta acción, aminora el gran impacto ambiental que se vincula con la ganadería.
Aunque este proyecto resulta sorprendente y novedoso, se puso en funcionamiento en 2015 por el Ministerio de Medio Ambiente de Japón. Ha tenido la posibilidad de colaborar con ingenieros de la Universidad de Hokkaido como la profesora Shiho Ishikawa.
Cómo transforman el estiércol de las vacas en hidrógeno
Toman los excrementos y la orina de las vacas de las granjas lecheras de la isla. Después, los ingresan en un digestor anaeróbico situado en una instalación central. Las bacterias son las encargadas de descomponer los residuos orgánicos para lograr un fertilizante líquido y biogás.
Lo purifican y convierten en metano, usado después para elaborar hidrógeno. Cabe destacar que Hokkaido es conocida especialmente por su industria lechera. Ostenta más de 1200 granjas, con unas 850 000 vacas. Con estos números, los niveles de estiércol son cuantiosos.
Hace años que Shikaoi aprovecha este recurso sometiéndolo a un procedimiento de fermentación anaeróbica. Cuando no hay oxígeno, las bacterias proceden a la descomposición de la materia orgánica del estiércol, generando biogás compuesto de metano y dióxido de carbono, especialmente.
Sin embargo, no todo el estiércol es dirigido a la generación de hidrógeno. Aun así, la cantidad disponible alberga un gran potencial. Los datos del proyecto revelan que es posible crear unos 1000 litros de hidrógeno a partir de 1 kg de estiércol seco.
Potencial del hidrógeno proveniente del estiércol
La planta tiene capacidad para producir hasta 70 metros cúbicos de hidrógeno al día. Sumado a esto, posee una estación de suministro de coches eléctricos, donde pueden repostar diariamente unos 28 vehículos con pilas de combustible de hidrógeno.
El hidrógeno también puede aprovecharse para abastecer tractores y maquinaria agrícola, sectores complejos de electrificar. Más allá de estas aplicaciones, el hidrógeno de Shikaoi se almacena en bidones para alimentar instalaciones cercanas. Es el caso del zoo de Obihiro o una piscifactoría de esturiones.
En definitiva, una ciudad de Japón engorda a 850 000 vacas para tomar su estiércol y crear hidrógeno. Si todavía quieres saber más sobre este tipo de propuestas, aquí te ampliamos la información.