La DGT lanza una alerta clara antes de Navidad: controles a cualquier hora y en cualquier carretera para frenar el alcohol y las drogas al volante

Publicado el: 18 de diciembre de 2025
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Cartel de la DGT en una carretera durante una campaña de controles de alcohol y drogas

En plena temporada de cenas de empresa y reuniones familiares, la Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha una campaña especial para realizar más de 35.000 pruebas diarias de alcohol y drogas a conductores entre el 15 y el 21 de diciembre. El objetivo es claro: evitar que la combinación de fiesta y volante termine en tragedia.

Los datos que manejan Tráfico y los forenses no invitan precisamente a la relajación. Según la Memoria 2024 de Hallazgos Toxicológicos en Víctimas de Accidente de Tráfico, casi la mitad de los conductores fallecidos en carretera en 2024 dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos. Y el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses avisa de que, si se mira la serie de los últimos once años, el problema no solo no desaparece, sino que tiende a crecer.



Controles en cualquier carretera y a cualquier hora

Durante esta semana, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y numerosas policías locales montarán puntos de control en autopistas, carreteras secundarias y cascos urbanos. No habrá franja “segura”: mañana, tarde, madrugada… da igual cuándo vuelvas de la cena, es bastante probable que te puedas encontrar un control.

En la presentación de la campaña en Madrid, el jefe provincial de Tráfico Cristóbal Cremades recordó que el alcohol sigue siendo la segunda causa más frecuente en los siniestros mortales y que estuvo presente en cerca de un tercio de los accidentes con fallecidos en 2024. El mensaje que repite Tráfico es sencillo y algo incómodo para quien ya está pensando en la copa de después: en carretera, la única tasa realmente segura es 0,0.



Qué dicen la ciencia y los organismos internacionales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que el riesgo de sufrir un siniestro empieza a subir desde niveles bajos de alcohol en sangre y crece con rapidez a partir de ahí. No hace falta “ir muy bebido” para que empeoren los reflejos, la visión o la capacidad de reaccionar ante un imprevisto, como un frenazo o un peatón que cruza sin mirar.

La Unión Europea también insiste en que incluso pequeñas cantidades de alcohol deterioran tareas básicas al volante, como mantener el carril o calcular distancias. Por eso muchos países han optado por límites muy bajos y campañas constantes de controles aleatorios, algo parecido a lo que se quiere reforzar estos días en España. En el fondo, el mensaje que se intenta fijar es que “si bebes, no conduzcas” no es un eslogan viejo, sino una norma de supervivencia.

Hacia una tasa máxima de 0,10: el debate en el Congreso

En paralelo a la campaña, el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte lleva años recomendando límites muy bajos de alcohol para todos los conductores, en línea con la evidencia científica acumulada. Muchos países han ido bajando sus límites legales, no por capricho, sino porque han visto que así caen los siniestros graves y mortales.

España se mueve ahora en esa dirección. El Congreso de los Diputados tramita una Proposición de Ley para rebajar la tasa máxima permitida a 0,10 mg/l de alcohol en aire espirado para todos los conductores, siguiendo el modelo de países como Suecia y Noruega, que figuran entre los más seguros de Europa en carretera. La idea es mandar una señal clara: si coges el coche, mejor no bebas nada, ni siquiera “una rápida” antes de volver a casa.

Multas, delitos y por qué la tasa segura sigue siendo 0,0

La actual Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial y sus reformas, detalladas por la propia DGT en su recopilación de normas, fijan diferentes límites y sanciones según el tipo de conductor. Las multas van desde 500 hasta 1.000 euros, con retirada de entre 4 y 6 puntos del carné, y los menores de edad tienen directamente una tasa 0,0 obligatoria en cualquier vehículo. Para mucha gente, una sola noche de fiesta puede traducirse en meses sin conducir y un buen agujero en la cuenta corriente.

Cuando se superan ciertos niveles, entra en juego el Código Penal: conducir con tasas muy altas de alcohol o bajo la influencia de drogas puede suponer penas de prisión, trabajos en beneficio de la comunidad y retirada del permiso de uno a cuatro años. Dos de cada tres delitos contra la seguridad vial en España están relacionados con el alcohol, lo que demuestra que no estamos hablando de algo puntual, sino de un patrón de riesgo muy asentado.

En la práctica, el consejo de los expertos es bastante simple: organizarse antes, elegir “conductor designado”, usar transporte público o tirar de taxi o VTC para volver de la cena. Al final, la pregunta es sencilla: ¿merece la pena jugarte la vida, el carné y la factura de la luz del mes siguiente por una copa de más?

El comunicado principal ha sido publicado por la Dirección General de Tráfico.

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