Europa encuentra «la madre de todas las minas». Se esconde bajo este mar y promete llamar tanto la atención como la mina del billón de euros que podría estar en España. El mercado de la energía eólica marina en Europa está viviendo un año crucial.
Mucho de lo que pase en los próximos meses tendrá que ver con la consecución de objetivos ambientales proyectados para esta década y la siguiente. Varios países del continente están anunciando importantes licitaciones para implementar proyectos de gran escala.
Países Bajos, Polonia, Estonia y Alemania se encuentran entre los países con mayor relevancia. Registran una proyección con una capacidad combinada de más de 20 GW, según informa Energía Estratégica. No obstante, el camino para alcanzar sus metas se topa con diversos retos regulatorios, económicos y técnicos.
El Gobierno holandés, a través de la Agencia Empresarial de los Países Bajos (RVO) confirmó que lanzará licitaciones en septiembre de este año. Irán destinadas a las áreas de IJmuiden Ver Gamma y Nederwiek I, cuya oferta inicial fue de 4 GW.
Por otra parte, en enero de 2025, Estonia volvió a subastar el desarrollo del parque eólico Saare 1, con una capacidad de 1,2 GW.
La Autoridad de Regulación Técnica y Protección al Consumidor (CPTRA) fijó un precio inicial de 1,32 millones de euros y un aumento mínimo de 50.000 euros para las ofertas. Dicho procedimiento busca superar el fracaso de la licitación previa, instancia en la que no se recibieron ofertas. Este es solo un pequeño ápice de las medidas que se están tomando en Europa para relanzar la energía eólica marina.
Europa encuentra «la madre de todas las minas» en el Mar del Norte
En este contexto, Europa quiere convertir el Mar del Norte en la gran “mina” eólica marina del continente. 9 jefes de Estado y gobierno y la presidenta de la Comisión Europea se reunieron en Ostende en 2023 para extender sus objetivos eólicos marinos en el Mar del Norte.
A los gobiernos de Alemania, Bélgica, Dinamarca y Países Bajos, reunidos en la Cumbre de Esbjerg de 2022, se sumaron Reino Unido, Francia, Irlanda, Luxemburgo y Noruega.
Una ocasión que ha tenido como escenario de la firma del Manifiesto de la Industria eólica marina a Ostende. En este documento se concentró el parecer de más de 100 empresas del sector que animaron a las autoridades a fomentar el despliegue de la potencia eólica marina y el despliegue del hidrógeno renovable.
Hasta el momento de la reunión en Ostende, la suma combinada de las metas eólicas marinas de esos 9 países llegaba a los 120 gigavatios de potencia para el horizonte 2050.
Después, su ambición se extendió hasta 300 GW. Así quedó dispuesto en la Declaración de Ostende, en la que contribuyeron los ministros de Energía y Clima de Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Bélgica, Noruega, Dinamarca, Alemania, Francia y Luxemburgo.
“Es de lejos (apuntan desde la asociación del sector eólico europeo, WindEurope, según registra Energías Renovables) la mayor cumbre política jamás celebrada en el Mar del Norte. El objetivo: convertir el Mar del Norteen una mina de electricidad para Europa” lo que necesariamente debe pasar. No solo por aumentar la potencia eólica marina. También por impulsar la red eléctrica del mañana.
Europa tiene «la madre de todas las minas» bajo el mar
Desde la asociación se explica que, en la actualidad, los parques eólicos marinos tradicionales están conectados a la costa vía cable de forma directa: desde la ubicación marina concreta donde se hallar el parque hasta el punto específico de la cota en la que se engancha a la red terrestre.
No obstante, de cara al futuro, los parques eólicos marinos híbridos ejercerán como bases para interconectar países y brindarán la electricidad producida a diferentes mercados y/o países.
Con esta ampliación, Europa quiere convertir el Mar del Norte en la gran «mina» eólica marina. Al mismo tiempo, el sector asegura que la regulación de la energía eólica marina debe preservar los hábitats y contar con la participación social.




















