Europa está buscando la mina del billón de euros y España podría estar sobre ella. La crisis energética y la dependencia al gas ruso se están convirtiendo en un grave problema para la Unión Europea en términos energéticos. Sin embargo, debajo de la tierra, existe una energía que podría acabar con ese problema: la energía geotérmica. La geotermia es una fuente de calor y energía. La UE ya está diseñando un plan para explotarla. De hecho, Alemania aspira a crear el primer motor de geotermia dado el contexto.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) asegura que las inversiones globales en geotermia podrían llegar al billón de dólares para 2035. Estas inversiones representarían el principio de iniciativas por alrededor de 800 gigavatios (GW) de capacidad instalada. Asimismo, esta tecnología podría producir el 15% del incremento de la demanda mundial de electricidad que se prevé desde el momento presente hasta 2050.
La geotermia, que adquiere energía por medio del calor existente en el interior de la Tierra, cubre en la actualidad menos del 1% de la demanda global de energía, y su empleo está focalizado a unos pocos países en los que su acceso es fácil, como Islandia, Estados Unidos, Indonesia, Turquía, Italia y Kenia.
Sin embargo, el informe sobre el futuro y las posibilidades de la geotermia publicado por la AIE señala que, si las mejoras tecnológicas y la reducción de costos previstos se concretan, las inversiones en energía geotérmica podrían ascender a un máximo de 140.000 millones de dólares anuales.
Este es el plan de la Unión Europea con la energía geotérmica: afecta a España
En la reunión celebrada el pasado 16 de diciembre, los países miembros de la Unión Europea solicitaron a la Comisión Europea el despliegue de la geotérmica con un plan de acción, pendiente de aprobación. Sumado a esto, los 27 advirtieron que la geotérmica puede aplicarse en el campo de la climatización, siendo una energía económica, segura y con un suministro estable de electricidad.
Además, tiene capacidad para descarbonizar el consumo energético de los edificios y conseguir que la industrias sean más competitivas y sostenibles. Por su parte, el Consejo detalló varias medidas que los estados miembro tendrán que instaurar en sus territorios.
A su vez, tendrán que adaptar su normativa interna para agilizar los permisos en proyectos geotérmicos. Otra de las iniciativas ha radicado en la reconversión de las instalaciones subterráneas de combustibles fósiles, como el proyecto que se está gestando en Estados Unidos. También plantearon programas de reciclaje profesional y preparar empleados cualificados.
Respecto a la financiación, el Consejo propuso que los países de la UE facilitaran el acceso a los recursos financieros y estipularan incentivos para impulsar a las compañías con el capital inicial y los riesgos vinculados con la perforación y exploración. Dos factores que obstaculizan el correcto desarrollo de esta fuente de energía.
Europa busca desesperadamente la mina del billón de euros: podría estar en España
Finalmente, los 27 plantearon la conformación de una Alianza Geotérmica Europea, que deberá ser creada por la Comisión y aunará responsables políticos, inversores e industria. Todo esto para optimizar el óptimo despliegue de la energía geotérmica y evitar inconvenientes.
En dicha reunión también estuvo la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica española, Sara Aagesen, quien subrayó el increíble potencial que atesora España en el campo de la geotermia, especialmente debido a la existencia de zonas ultraperiféricas e islas.
Además, mencionó la posibilidad de usar la geotermia para incluir energías renovables en el territorio y diversificar las fuentes de producción. Bajo estas circunstancias, España empleará 100 millones de euros en 10 proyectos de geotermia profunda, la mayoría ubicados en la Islas Canarias.
Europa busca la mina de energía geotérmica definitiva y España podría tener en su territorio. Un contexto que irremediablemente nos hace recordar la central de geotermia más grande del mundo.
