Europa está transitando un momento de máximo descontrol. Ha tenido una importante represa hackeada, con la pérdida de recursos hídricos que eso implica. Contexto que también ha derivado en inseguridad y el señalamiento a una potencia.
Las presas, o represas, se tratan de construcciones monumentales con un papel vital en la administración del agua y la producción de energía. Son creadas para bloquear, desviar o controlar el flujo natural de un cuerpo de agua, como ríos o arroyos.
En líneas generales, se levantan para almacenar importantes cantidades de agua en un embalse, permitiendo un óptimo uso y reparto de este valioso recurso. Las presas suelen emplearse para producir energía hidroeléctrica, abastecimiento de agua potable, irrigación agrícola y control de inundaciones.
Se consideran relevantes obras de ingeniería de grandes dimensiones. Además de retener agua, también se usan para resistir las fuerzas colosales ejercidas por los volúmenes de agua acumulados. Diferentes culturas ven en las presas un símbolo de poder del ser humano para domesticar y aprovechar los recursos naturales.
El funcionamiento de una presa se basa en su capacidad de retención de agua, almacenándola en un embalse. Dicho embalse puede usarse con múltiples objetivos. Uno es la producción de energía eléctrica. Otro el suministro de agua potable a las ciudades. Por este motivo, lo sucedido en Europa ha tenido tanta trascendencia.
¿Qué está pasando en Europa? Una represa hackeada y preguntas sin respuesta
Tras conocerse los detalles de esta súper presa hidroeléctrica, Noruega ha acusado formalmente a hackers prorrusos de un ciberataque contra una de sus presas. El sabotaje tuvo como resultado la liberación de más de 7 millones de litros de agua. Acto que eleva la tensión en el Viejo Continente.
El ataque no dejó detrás daños materiales. Sin embargo, las agencias de inteligencia consideran que forma parte de una campaña de intimidación mucho más profunda. El pasado mes de abril, un grupo de hackers ingresó remotamente a los controles de la presa de Bremanger, en Noruega.
Tomaron el acceso para abrir una de las compuertas. El resultado fue el vertido de 500 litros de agua por segundo. Se dio un torrente de agua sin control durante cuatro horas. La situación continuó hasta que las autoridades consiguieron detener la brecha, informa Reuters. Las autoridades noruegas señalan a Rusia como la culpable.
Noruega acusa a Rusia de hackear su represa, Rusia lo niega
Beate Gangås, directora del Servicio de Seguridad de la Policía de Noruega (PST), se ha referido a lo que ha pasado, consigna Xataka. Ha advertido que el sabotaje está encuadrado en múltiples ataques híbridos de origen ruso. La prueba técnica del ataque irrumpió en una filmación de tres minutos publicada en Telegram.
Llevaba la marca de agua de un famoso grupo de ciberdelincuentes prorrusos. Dato que también ha comprobado la policía. La embajada rusa en Oslo ha rechazado las acusaciones en su contra. Expuso que carecen de fundamento y son políticamente motivadas.
Así lo expuso en un correo electrónico enviado a Reuters. Sumado a esto, se ha expresado que las denuncias de sabotaje ruso con una “amenaza mítica” gestada por las autoridades noruegas. Sea como fuere, la tensión es palpable en Europa.
¿Por qué se ha atacado a la represa de Noruega?
No es algo casual que el ataque se haya dado contra la represa de Noruega. El país es uno de los mayores exportadores de gas a Europa. Depende en gran parte de energía hidroeléctrica y comparten 198 km de frontera con Rusia en el Ártico.
Una represa hackeada, pérdida de recursos hídricos, inseguridad y una potencia señalada. El caos se apodera de Europa, concretamente en su sector energético. En paralelo, se advierte sobre una consecuencia abominable de las presas hidroeléctricas.
