España aún no conoce el hidrógeno mientras que otro país lo produce incluso en polvo. La aparición de esta noticia resuena tanto como el hallazgo de la mina de hidrógeno más grande de la Tierra. En plena transición energética, el H se ensalza como uno de los vectores más importantes para ir delegando los combustibles fósiles.
Puede usarse para almacenar y exportar energías renovables entre países. España es uno de los territorios más comprometidos con la exportación de H verde al resto de Europa. Es más, pretende hacerlo con un corredor de hidrogeneras conectadas a través de gasoductos: el famoso H2Med.
Sin embargo, se topa con un feroz reto: su transporte. Cuando está presente en su versión gas es inflamable y difícil de manejar en grandes cantidades debido a su acotada densidad. Comprimirlo o licuarlo sería una opción viable, pero supone un coste energético y económico elevado.
Otra posibilidad asequible y segura es utilizar polvo de borohidruro de sodio como portador, pero no suele recurrirse a esta alternativa porque el subproducto que queda en el proceso (metaborato de sodio) es complejo de reciclar.
Australia es un jugador clave en el mercado de la exportación de H debido a sus inversiones públicas y privadas. El país pretende generar y exportar importantes cantidades de H verde en el mercado internacional para 2030. Además, busca llegar a ser una potencia extractiva de hidrógeno natural.
El estado de Australia Meridional está sobre un bloque de corteza cratonizado llamado Gawler Craton, cuyas minas de hierro y uranio podrían atesorar millones de toneladas de H libre.
Australia le da mil vueltas a España en hidrógeno: lo produce en polvo
Para alcanzar este objetivo, Australia ha encontrado un método económico para transportar el hidrógeno en polvo. No tiene otra alternativa más que movilizar el H por mar. Ya hay buques especializados para transportar H líquido, aunque es más habitual utilizar barcos frigoríficos para movilizar amoniaco y otros portadores orgánicos líquidos, que después liberan el hidrógeno con reacciones químicas.
Ahora, un grupo de investigadores australiano ha llegado donde nadie más lo ha hecho. Explorando mejoras en el transporte de H, hallaron un proceso químico catalizado que puede reconvertir rápidamente y de forma económica el metaborato de sodio en borohidruro de sodio, mencionado párrafos atrás.
El Proyecto de Hidrógeno de Kotai, surgido en la Universidad John Curtin, pretende bajar los costes de producción y transporte del H para ser “el medio más barato de exportar hidrógeno desde Australia”, según quienes lo encontraron.
Cabe destacar que una tonelada de amoniaco puede utilizarse para conseguir 178 kg de hidrógeno, pero una tonelada de borohidruro de sodio genera 213 kg de hidrógeno añadiendo agua. El punto clave de este sistema es que el metaborato de sodio que resulta puede recargarse a través de electrolizadores patentas para crear borohidruro de sodio 20 veces más asequible.
Hidrógeno en polvo, la forma definitiva para transportar hidrógeno que podría llegar a España
Esta idea fue apoyada por la startup Kotai Energy, que le dio el nombre definitivo al proyecto. Además, cuenta con el respaldo de una subvención de Arena, la Agencia Australiana de Energías Renovables, que ha otorgado alrededor de 5 millones de dólares para seguir con el desarrollo.
La tecnología aplicada en esta propuesta ya había sido explorada hace un tiempo atrás, concretamente en la década de 1940. Por medio de procesos químicos, redujeron el hidrógeno a polvo blanco para hacer más fácil su transporte a temperatura ambiente.
Con las nuevas investigaciones en marcha, esta forma de transportar el hidrógeno podría llegar a España, uno de los países más comprometidos con este vector energético. Mientras tanto, disfruta del hallazgo de hidrógeno en estado natural bajo tierra, cuya salida podría estar en el territorio español.




















