Ante la necesidad latente de desprendernos de los combustibles fósiles, el hidrógeno geotérmico puede ser el futuro de la humanidad. Una aseveración cargada de sentido tras descubrirse que el Sol es una gigantesca bola de hidrógeno que podemos extraer. Según registraba EFE Verde en agosto de 2024, el 80% de la energía mundial sigue teniendo su origen en el petróleo, el gas y el carbón.
La descarbonización se ha convertido en una necesidad, más allá de su sostenibilidad. También porque este cambio da lugar a nuevas industrias y un modelo económico de desarrollo que brindará una mayor seguridad e independencia energética. Seguir dependiendo de los combustibles fósiles lleva a que el abastecimiento energético esté sujeto a la volatilidad de precio y conflictos geopolíticos.
No obstante, la transición hacia una economía descarbonizada es un importante reto en el que importa la forma en la que lo logramos y hacia dónde queremos llegar. En esa línea, los últimos años han estado marcados por posibles soluciones limpias que han aparecido en el mercado.
¿Qué es el hidrógeno geotérmico y cómo se genera?
El hidrógeno verde obtenido a partir de electrólisis es un claro ejemplo. Este es un poderoso vector energético que será vital en la descarbonización, dado que se genera de manera sostenible y tiene un gran potencial. La consultora Deloitte estima que el hidrógeno superará al gas natural licuado a finales de la década y se convertirá en un mercado de 1.400 millones de dólares para 2050.
La era del hidrógeno está muy cerca, pero para que este recurso sea realmente sostenible y su uso pueda extenderse, es necesaria una mayor innovación en su proceso de producción para que sea económico y pueda democratizarse. Una alternativa con gran potencial es el hidrógeno geotérmico, aquel que se obtiene con el uso de la energía geotérmica.
Aprovecha el calor natural de la Tierra para producir electricidad, que después se utilizará en la electrólisis del agua. La geotermia es una antigua fuente de energía que consiste en la explotación de depósitos de agua caliente bajo la superficie de la Tierra.
El equipo internacional de Kiatt basado en Singapur y Londres, coincidiendo con las voces más respetadas del sector, estipula que cada vez tomará un protagonismo mayor en la combinación energética mundial, si las empresas logran explotar eficazmente el recurso a gran escala.
Se llega a la energía geotérmica a través de perforaciones en zonas con elevada actividad geotérmica para tener acceso al agua caliente o vapor. Normalmente, se hallan cerca de las plazas tectónicas. Pueden utilizarse diversas tecnologías, que tienen en común la conversión de la energía mecánica de las partículas vibrantes del calor en energía mecánica del movimiento rotatorio de la turbina.
Otro sistema viable radica en la extracción del hidrógeno directamente de los gases geotérmicos en las centrales eléctricas, pero por ahora no es un método tan extendido ni rentable como la electrólisis.
Ejemplos de hidrógeno geotérmico
De acuerdo al medio ya mencionado, se estima que hasta el 70% de los recursos geotérmicos aún no han sido descubiertos. Actualmente, más de 80 países registran reservan documentadas de agua y vapor geotérmico. De estos, 72 países usan la energía geotérmica directamente y 24 países la emplean para producir electricidad.
Un ejemplo podría ser Islandia, país en el que la electricidad generada a partir de la geotermia a precios asequibles podría derivarse a la generación de hidrógeno para cubrir la demanda del sector del transporte.
Otro modelo atractivo es el de CeraPhi y Climate Changes Ventures, que se aliaron para crear e instaurar un sistema escalable de producción de hidrógeno ecológico con cero emisiones usando electricidad extraída de fuentes geotérmicas para fomentar el proceso de electrólisis.
En este proyecto se utiliza una tecnología patentada de circuito cerrado con un método creada para abastecer al proceso continuo de electrólisis de la energía básica requerida. Asimismo, el almacenamiento del producto final es similar al del resto de hidrógenos: se conserva en tanques o se convierte en vectores para su transporte y uso posterior, como el amoníaco o el metanol.
El hidrógeno geotérmico avanzará varias posiciones en el mix energético global si logra explotar eficazmente el recurso a gran escala. Un avance significativo comparable con lo que está sucediendo en Australia con el hidrógeno en polvo.




















