El mundo asume la gran decepción del hidrógeno verde. No será posible una producción mayor por una razón clara. Con una creciente popularidad, en la actualidad es común encontrar importantes proyectos energéticos o industriales vinculados, en mayor o menor medida, al H. Un ejemplo claro es la misteriosa iniciativa de Japón que transforma rocas en hidrógeno líquido.
Por motivo de la paulatina transición energética declarada en el mundo, este vector energético toma cada vez mayor relevancia, centrando muchas expectativas y esperanzas en la futura matriz energética. El hidrógeno es una opción prometedora porque puede utilizarse para varios fines sin generar emisiones: almacenamiento de energía, usos industriales, propulsión de vehículos… Por otra parte, es un elemento químico abundante y puede obtenerse, como en el caso del H verde, a partir de la electrólisis del agua.
Hay otros tipos de hidrógeno, pero este es el más popular porque proviene de fuentes renovables. En este contexto, grandes propuestas e inversiones público-privadas se orientan a reforzar la cadena de valor del H y sus tecnologías asociadas. Sin embargo, un estudio ha revelado que no podremos producir más hidrógeno.
¿Por qué no puede crearse más hidrógeno verde?
Un estudio de Harvard pronostica que el coste de producción del hidrógeno verde podría impedir que el H se vea como una opción viable. Según esta misma exposición, capturar dióxido de carbono de la atmósfera resulta más rentable que desarrollar H como combustible. Unos datos que han puesto en duda la viabilidad del H en EEUU. Los investigadores advierten que los costes de producir, transporte y almacenar el gas sobrepasan a los del uso de los combustibles fósiles y la eliminación posterior del carbono de la atmósfera.
El estudio del centro académico fue publicado en la revista científica Joule y pone de manifiesto que el coste del hidrógeno verde: entre 500 y 1.250 dólares por cada tonelada métrica de dióxido de carbono que puede llegar a disminuir. No obstante, los precios de la captura y almacenamiento de carbono fluctúan a día de hoy entre los 100 y los 1.000 dólares la tonelada, por lo que sería más viable limitarse a la extracción del dióxido de carbono atmosférico.
“El argumento presentado es que el hidrógeno ahora es caro, pero los costes (de producción) barján”, expresa Roxana Shafiee, investigadora postdoctoral del Centro para el Medioambiente de la Universidad de Harvard, quien estuvo a la cabeza del estudio. Y agregó: “La cuestión es que los costes de producción son solo una parte de la cadena de suministro. Si nos fijamos en la propuesta de valor en su conjunto, no hay forma de que sea rentable. Tiene que ser competitivo”.
¿El hidrógeno verde es historia? El mundo asume un dato que no se puede cambiar
La expectación mostrada por el hidrógeno y, particularmente, por el hidrógeno verde ha bajado este año, dado que el incremento de los costes y el escaso interés de los productores de energía y la industria pesada han generado un parón y retrasado varios proyectos programados.
De acuerdo a la perspectiva de Shafiee, los responsables políticos vieron en este gas una vía rápida para implementar la energía limpia, pero “la gente es cada vez más escéptica respecto al hidrógeno y cuestiona esta idea milagrosa”. El informe de Harvard llegó una semana después de que la Agencia Internacional de la Energía hiciera pública su última revisión global sobre la evolución económica del H.
Registro que la demanda mundial fue de 97 millones de toneladas en 2023, que supone una subida del 2,5% respecto a 2022. Si bien la demanda de hidrógeno está creciendo, se matizó que la mayor parte de la producción potencial todavía se encuentra en fase de planificación. El mundo asume la decepción del hidrógeno verde frente a los factores anteriormente mencionados. Ante el frenazo mundial del H, este nuevo combustible podría arrasar en las carreteras.
