En plena transición energética, el hidrógeno se ve como una de las opciones más prometedoras del momento. Sin embargo, el mundo se ha llevado una profunda decepción. Puede que sea imposible producirlo incluso después del increíble descubrimiento de hidrógeno en estado natural bajo la tierra.
El hidrógeno, especialmente el verde (que proviene de energías renovables) es una de las alternativas más prometedoras para descarbonizar sectores difíciles, como la industria pesada, el transporte de mercancías o el ferroviario y algunos procedimientos químicos.
El H como combustible lleva varios años presente como alternativa en usos industriales. Ahora, el denominado hidrógeno verde, está tomando protagonismo producto de la transición energética. “El hidrógeno y la energía tienen una larga historia compartida. Es liviano, almacenable, energéticamente denso y no produce emisiones directas de contaminantes o gases de efecto invernadero”, exponen en el informe The Future of Hydrogen de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
“Pero para que el hidrógeno tenga una contribución significativa en la transición energética, debe ser adoptado en sectores donde está ausente, como el transporte, los edificios y la generación de energía”, agregan. Aunque muchos lo ven como un vector energético crucial para el momento que vive la humanidad, el futuro del H está cargado de desafíos.
El hidrógeno decepciona: puede que nunca lo utilicemos
La sequía se ha convertido en la amenaza más fuerte del desarrollo del H verde. Según registró la web Hidrógeno Verde en agosto del año pasado, en Estados Unidos, la quinta parte de los proyectos de H renovable se ha efectuado en áreas con escasez de agua.
En el caso de España, las zonas con escasez de agua designadas como puntos de proyectos de H corresponden a la mitad. Un lugar del mundo con un gran potencial en materia de hidrógeno verde es África, con capacidad suficiente para producir hasta 50 millones de toneladas al año.
Pese a que el hidrógeno verde está ganando popularidad como energía futurista, en 2022 no representó más del 2% del consumo energético europeo, según datos aportados por la Comisión Europea. Sumado a esto, el 96% de ese H se generó con gas natural, un combustible que difunde importantes cantidades de CO2.
Una planta de hidrógeno en el desierto de Sonora, Arizona, expuso el problema del cambio climático al momento de realizar este tipo de iniciativas. La planta desempeña su actividad con energía eólica y solar, que genera hidrógeno para camiones a partir de una fuente de agua subterránea, un proceso que no es del todo sostenible.
Los expertos acuñan que, si el agua sobrante no vuelve a bombearse nuevamente a la fuente de agua, la planta podría alcanzar un consumo de hasta 1.200 millones de litros de agua que desaparecerían.
La sequía está hundiendo la producción de hidrógeno
Esta es solo una de las iniciativas vigentes en Estados Unidos para generar H verde. 18 de los proyectos necesitan de importantes cantidades de agua dulce. Por otra parte, 4 de ellos están ubicados en zonas consideradas de estrés hídrico alto o muy alto.
Lo mismo sucede en otros puntos del mundo, donde la mayoría de las propuestas de H se localizan en zonas de esta tipología, como es Oriente Medio. En estos parajes la demanda de agua es superior a la disponible. De acuerdo a las estimaciones, en 2050 la sequía azotará a tres cuartas partes de la población mundial.
En el caso del territorio español, casi la mitad de los proyectos, aprobados o en marcha, de H renovable se ejecutarán en puntos con elevado estrés hídrico en 2040. Además, hoy más del 35% de los proyectos de H verde globales ya se encuentran en espacios con alto estrés hídrico.
Esta situación ha decepcionado a millones de personas que apostaban por el hidrógeno. No obstante, todavía siguen apareciendo hallazgos que denotan un atisbo de esperanza, como la mina de hidrógeno más grande la Tierra.